María Elena Ríos se reconcilia con saxofón

Luego de seis meses de la agresión que sufrió con ácido, la saxofonista oaxaqueña María Elena Ríos ya se reencontró con su preciado instrumento.

Tras haber recibido amenazas que la condicionaban a ya no hacer lo que más le gusta, que es la música, advirtiéndole que si tocaba, la mataban, María Elena ya pudo volver a tocar.

Es un impacto muy fuerte decir ‘te voy a matar’, teniendo una lesión latente en la piel y todavía que te digan, te condicionen con lo que más amas hacer, que es la música. ‘Si tocas, te mato’”.

Anteriormente, cuando lo intenté, no pude. Se me hizo absurdo en un momento porque intenté acercarme a mi saxofón, pero los estuches de mi saxofón alto y saxofón soprano estaban salpicados de ácido. Para mí fue muy fuerte, ni yo no podía creer que algo material llegara a impactar. Quizá si alguien escucha esto diría, ‘cómo se podría llorar, qué show andar haciendo estas cosas’; se llora por un estuche, pero realmente para mí, mi saxofón es una extremidad de mi cuerpo, es otro brazo, es otra boca, es otro cuerpo que está unido al mío y recientemente ya pude hacerlo”, contó.

En entrevista transmitida en el programa De Pisa y Corre, en Imagen Televisión, María Elena narró el reencuentro, dado de forma natural.

Estaba precisamente cambiando un saxofón a un estuche nuevo y yo estaba normal y ni me acuerdo qué estaba platicando con mi mamá, pero ya tienes cómo músico muchas cosas automatizadas: una baterista ya está moviendo su baqueta. Nosotros, que usamos la cañas, ya las quieres andar chupando; entonces lo que hice solamente fue tomar la boquilla, pero lo hice inconscientemente, es lo que me sorprende y yo platicando con mi  mamá también sorprendida y le digo ‘me queda, me queda, sí entra’. Fue maravilloso es como una reconciliación con tu instrumento,  fue muy bonito recordarlo y jamás se me va a olvidar este reencuentro”, describió.

Ahora, la saxofonista oaxaqueña tiene la esperanza de retomar todos los sueños que tenía antes de ser atacada.

En ese verano previo al suceso yo empecé a ir a cursos, a clases, traté de llenar mi verano, porque dije ‘el próximo año quiero irme a estudiar a la Ciudad de México’ y claro, yo fijándome un futuro más allá de México, tengo que conseguir una beca fuera del país y me quiero seguir preparando. Los planes se me vinieron abajo; mucho se modificaron, muchos no se van a llevar a cabo, pero yo tengo la esperanza que los pueda lograr y me sienta bien”, aseguró.

VA A BUSCAR JUSTICIA

En este contexto, María Elena siente miedo, dolor e impotencia porque, mientras su agresor está libre, ella tiene que vivir escondida. Pero pese a ello, aseguró, luchará por llegar a la justicia.

Más que dolida también me siento burlada y me siento muy impotente porque pareciera que por el hecho de ser mujer valgo menos y pareciera que no tienen las ganas de hacer justicia, pero por eso estoy aquí porque afortunadamente estoy viva después del hecho. Como ya todos saben, me hicieron una tentativa de feminicidio”, expresó.

Cuestionada sobre qué han hecho las autoridades, la saxofonista oaxaqueña respondió:

Nada, porque el agresor anda libre y la escondida soy yo para que no me haga nada ni a mí ni a mi familia. Maria Elena es una mujer que está muy dolida, muy dolida con las autoridades competentes porque no han solucionado una situación que está dentro de su posibilidad”.

Y aún así, una María Elena con la frente la alto, manifestó que está dispuesta a llegar a la justicia.

Si la justicia no ha llegado a mí, yo voy a llegar a la justicia de una u otra forma…”, expresó.

María Elena describió el ataque que sufrió como la experiencia más horrible de su vida. Recordó cómo al principio sólo sentía ganas de morirse.

Porque lo que yo viví, que se le llama tentativa de feminicidio, tentativa porque quedé viva. Fue una tortura de dolor durante, valga la redundancia, una tortura que duró, así fuerte el dolor, durante cuatro meses y medio más o menos”, contó.

Ahora desea un castigo ejemplar para su agresor, para que ninguna mujer tenga que pasar lo que ella está viviendo.

Lamentablemente me tocó pues vivir esta situación que ni a mi agresor se la deseo porque es horrible, en serio es horrible. Quiero aclarar que porque yo no le desee este tipo de agresión a mi agresor, quiere decir que lo perdono; él merece ser juzgado y con un castigo ejemplar para que estas acciones ya no se sigan dando; es muy grave mi asunto”.

RECONOCE TENER MUCHO MIEDO

María Elena Ríos, quien  señaló al exdiputado local priísta de Oaxaca, Juan Vera Carrizal, como su agresor, confesó que tiene miedo mientras esté libre.

Desde luego, yo hice el señalamiento directo desde que me vaciaron el ácido. Cuando llaman al 911 y llega la ambulancia, yo le pedí el teléfono a mi mamá porque el mío no sé dónde estaba y le llame a él por teléfono, a mi agresor, y le dije ‘me vaciaron ácido y fuiste tú’ y lo que él hizo fue empezarse a reír y me dijo que ‘cómo, ahorita voy’. Cómo sabe dónde estaba, o sea hay veces que el subconsciente te traiciona mucho; posteriormente recibí amenazas, pero al teléfono de mi madre”, narró.

Y no son cosas que diga al aire, no; son cosas que la Fiscalía tiene confirmadas, igual ahorita hay dos personas detenidas que son los autores materiales: el que me vació el ácido y su papá que era el que lo cuidaba por fuera. Ya declararon que fue él, cuánto les pagó y las palabras tan fuertes, tan hirientes, cuando le dice Ruisel, se llama el que le vació el ácido, ‘pero quién es la chava, es una pinche noviecita que se pasó de pendeja y no merece vivir’. Actualmente yo tengo muchísimo miedo porque digo ‘sí, esto fue a raíz de que deje la relación y a él eso le molestó; yo dejé la relación por violencia”, acotó.

María Elena indicó que las amenazas que ha recibido después del ataque representan un impacto muy fuerte en su estado.

Este hombre me ha de odiar, ha de pensar  otras formas de matarme o qué cosa pensará. El más grande temor y la impotencia que tengo con las autoridades de Oaxaca porque son seis meses; este nueve de marzo son seis meses y no han hecho nada”

La saxofonista oaxaqueña consideró que el presidente Andrés Manuel López Obrador, por el que ella misma votó, ya debería haber “tomado cartas en el asunto”, sobre su caso.

No sé si hay intereses de por medio. Ahora, a la fecha, por lo que me hacía saber mi agresor cuando me intimidaba, que me decía ‘tú no sabes quién soy yo en Oaxaca, si tú me lastimas no sabes quién soy, porque yo tengo mucha fuerza política, tengo mucho poder económico’. Alguna vez me hizo un comentario: ‘a mí nunca me va a pasar nada’. Entonces quiero interpretar que por el tiempo, que ya son seis meses, medio año nada fácil, muy complicado para mí, para mi familia, sí eran verdad las amenazas del agresor o qué está pasando o por qué no accionan,” cuestionó.

ENDURECEN PENAS DE AGRESORES

La 64 Legislatura del estado aprobó una reforma del Código Penal Local para castigar, hasta con 40 años de cárcel, a la persona que ataque con ácido a una mujer por razones de género, esto luego del atentado sufrido por la saxofonista María Elena, quien hoy es sobreviviente de la violencia feminicida.

La reforma señala que, a quien por sí o por interpósita persona infiere una alteración en la salud o cualquier otro daño que deje huella material en el cuerpo de una mujer, por razón de género, usando para ello cualquier agente físico, químico o sustancia corrosiva, se le impondrá una pena de 20 a 30 años de prisión y multa de 200 a 500 unidades mínimas de salario.

La modificación establece que “existirán razones de género, cuando el daño se cometa por desprecio u odio a la víctima motivado por discriminación o misoginia, existan indicios de violencia de cualquier tipo y ámbito en contra de la víctima por parte del sujeto activo, datos de acoso u hostigamiento sexual en contra de la afectada y que haya sido incomunicada o privada de su libertad”.

Cero tolerancia al hostigamiento y acoso sexual

De igual forma la diputación oaxaqueña se declaró cero tolerancia al hostigamiento y acoso sexual, así como acoso laboral y a cualquier otra forma de violencia contra las mujeres en los espacios institucionales del Poder Legislativo.