Familiares, vecinos y amigos dieron una emotiva despedida a Fátima Cecilia, quienes comenzaron a congregarse en la calle María Dolores Obregón, en la colonia San Sebastián, cerca de la una de la tarde para ser parte de la celebración eucarística.
Los asistentes se acomodaron en varias sillas, colocadas debajo de una carpa, muchos se quedaron parados, pues se calcula que hubo alrededor de 500 asistentes.
Debemos crear una red de apoyo para las familias; trabajemos en una cultura de la prevención para no mantener la esperanza en las instituciones y proteger a los más vulnerables”, dijo el sacerdote.
Ministros de la diócesis de Xochimilco también llegaron a dejar el mensaje de no acostumbrarse a la violencia ni exigir justicia con más agresiones.
Los vecinos ayudaron a la familia de Fátima a ofrecer comida: romeritos, arroz, tortillas, agua de jamaica y salchichas para los niños.
Más tarde, llegó el mariachi para acompañar la salida del cuerpo de Fátima hacia el Panteón Municipal de Tulyehualco.
El cortejo fúnebre caminó por la avenida Tláhuac-Tulyehualco, mientras más vecinos se unían a la comitiva.
Los asistentes gritaban a una voz “¡Justicia!”, exigiendo claridad en las investigaciones.
La familia decidió hacer una escala en la escuela Enrique Rébsamen, último lugar donde estuvo antes de ser raptada.
Tocaron a las puertas del colegio, exigían que el director saliera mientras los ánimos de la multitud se encendían.
Una profesora salió a calmar la situación y a pedir respeto para los niños que estaban en las aulas.
Si ustedes así determinan que en este momento la puerta permanezca un momento abierta, no hay mayor problema. No hay mayor problema, pero sí también les pido por favor, porque tenemos niños dentro de las aulas ¿Sí? Estamos en la mejor disposición. Los acompañamos en ese dolor que también es nuestro”, explicó la docente.
El cortejo se retiró y alrededor de las 4:40 llegó al panteón de Tulyehualco.
Por más de hora y media los asistentes despidieron a Fátima, entre aplausos, música de mariachi y juguetes.