El origen del olíbano, el incienso “mágico” considerado penicilina

Los antiguos egipcios lo llamaban el «sudor de los dioses».

Utilizado durante 6.000 años como perfume y panacea, el olíbano (cuyo nombre original proviene del francés antiguo «francencens», que significa «incienso puro») es una resina aromática que se obtiene de árboles del género Boswellia.

Este árbol crece únicamente en una estrecha región entre el Cuerno de África e India y en partes del sur de China.

La mayor parte del suministro mundial proviene de Somalia, Eritrea y Yemen, países plagados de conflictos que han afectado negativamente su producción de incienso.

Pero el pacífico Omán produce el olíbano más fino y caro del mundo, una sustancia que los antiguos egipcios llamaban el «sudor de los dioses».

El robusto árbol Boswellia sacra prospera en el inhóspito terreno de la provincia de Dhofar, en el sur de ese país.

El valor de la resina de olíbano está determinado por su color, tamaño y concentración de aceite. El grado más valioso, conocido como hojari, proviene de un cinturón estrecho con un microclima seco en las montañas Dhofar.

Según la Unesco, «el comercio de olíbano que floreció en esta región durante muchos siglos (fue) una de las actividades comerciales más importantes del mundo antiguo y medieval».

Desde aquí, caravanas con miles de camellos y esclavos cargados de incienso partían en un duro viaje de 2.000 kilómetros a través del desierto de Arabia, con destino a los imperios egipcio, babilónico, griego y romano.

En tanto, barcos cargados con la resina viajaban tan lejos como China. El polímata romano Plinio el Viejo (23-79 dC) escribió que el comercio había convertido a los árabes del sur en «las personas más ricas de la Tierra».

Considerado la aspirina, la penicilina y el Viagra de su época, el olíbano se usaba como remedio para todo, desde hemorroides hasta dolores menstruales y melanoma (cáncer de piel).