Magic Johnson: «Estos Lakers no estarían donde están sin mí»

Cuando Magic Johnson dejó por sorpresa la presidencia de operaciones de los Lakers el pasado mes de abril, las reacciones giraron entre la sorpresa por la decisión inesperada, la decepción por las expectativas no cumplidas y la alegría por un futuro cambio en el mando del equipo. Magic llegó en 2017 y muchos vieron en su regreso la vuelta al camino del éxito que la franquicia angelina parecía haber perdido. La realidad es que durante su mandato no hubo logros importantes en el plano deportivo. Al menos en el plazo inmediato, cuando las prisas a las que obliga la sociedad actual y una franquicia como los Lakers en particular los reclamaban.
Desde entonces Magic ha desaparecido prácticamente de la faz de la tierra. Como indica Bill Plaschke en un artículo en Los Angeles Times, muchos de los que fueron sus compañeros de trabajo durante casi dos años no le han vuelto a ver. No se ha pasado por las instalaciones de entrenamiento y cuando va a ver partidos al Staples Center lo hace en su palco privado, huyendo de los focos. «No quiero interrumpir lo que está sucediendo», dice cuando le preguntan.
Plaschke aprovecha la charla para preguntarle por los temas relacionados con su salida de la franquicia, como si haría algo de forma diferente («Lo único que hubiera hecho diferente sería sentarme con Jeanie y avisarle que me iba, sentarme con LeBron y decírselo. Pero me habría marchado igualmente»), o sus duras palabras sobre Rob Pelinka («Las cosas pasaron y hay que perdonar y olvidar. He superado eso y Rob también. Estamos bien, todavía hablamos»). Pero lo que sí le gustaría que cambiase es la incidencia que de puertas para afuera tiene en los actuales Lakers. Porque según él, el éxito que están viviendo esta temporada tiene que ver mucho con su trabajo.