Los doce cilindros son una tradición en el Clase S desde la generación W140 de comienzos de los noventa, cuando con el 600 SEL (luego S600) de ese entonces se estrenó el propulsor código M120 que, durante años, se caracterizó por la inherente suavidad, amplia banda de torque y robustez a la hora de mover coches que no se caracterizaban ni por su deportividad o por su ligereza, pero sí por su refinamiento, pues el seis litros eventualmente llegó también al SL (R129).
Nos adelantamos unos 30 años en el futuro y los V12 están en peligro debido a normas de control de emisiones cada vez más restrictivas que han homogeneizado muchos tipos de motores, al punto de que es normal ver que rivales directos optan por configuraciones casi idénticas de plantas de seis u ocho cilindros, por lo general en V, con dos turbos en medio de las bancadas, suficientes para proveer la energía de un V10 o un V12 aspirados, difícilmente igualando su suavidad pero pudiendo pasar pruebas de homologación.En una entrevista con el portal GT Spirit, Ola Källenius, hombre al mando de Daimler, confirmó que el siguiente Clase S.
