La transformación de Javier Hidalgo, de vividor a empresario

Los acuerdos de venta de Air Europa a Iberia y de fusión entre Halcón Viajes y Barceló ha vuelto a colocar en las primeras páginas a Javier Hidalgo.

La operación y el hermetismo con que se llevaron a cabo sorprendieron al universo empresarial porque supone el punto final de unas guerra de años entre las compañías que parecían irreconciliables, pero sobre todo porque puso en órbita al consejero delegado de Globalia (propietaria de Air Europa) como protagonista principal de la historia.

Hidalgo se ha revelado como un enorme estratega, alejado de esa imagen de bon vivant que durante un tiempo le hizo asiduo de la prensa del corazón.
Javier Hidalgo Gutiérrez (Salamanca, 1972) prefirió vivir a un ritmo dislocado durante muchos años, ajeno a los devenires del imperio empresarial creado por su padre, Juan José Hidalgo.

A Hidalgo jr., nacido ya rico, le gustaba colocarse en lugares propios de la farándula, moverse entre el famoseo, frecuentar saraos nocturnos y diurnos, fletar aviones para trasladarse a una fiesta en París o a una corrida de José Tomás en Nimes con un seleccionado y numeroso grupo de amigos que meterse en el cuartel general de la empresa a sondear cifras y estrategias.
Fue una larga etapa con veraneos largos en Baleares y viajes a lugares exóticos.