La huella del paso de Roger Federer por México

  • En diciembre de 1996, un joven suizo de 15 años formó parte de la Copa Casablanca y nadie sospechaba aún, que sería una leyenda del tenis

Una foto panorámica y un par de crónicas en los distintos diarios del país, son el único vestigio de Roger Federer en nuestro país.

Mientras Santos acaparaba las portadas por su primer título de campeonato la mañana del 24 de diciembre de 1996, iniciaba la XIX edición de la Copa Casablanca con un joven llamado Roger Federer dando sus primeros pasos en el tenis internacional.

La Copa Casablanca era uno de los mejores 9 torneos del circuito infantil juvenil de tenis, en aquel entonces era un Grado 1, sólo una debajo de la máxima categoría Grado A. Al principio era un torneo chiquito, pero luego empezaron a venir los mejores tenistas internacionales”, relató Ovidio Zurita, director del torneo durante más de una década.

En un tiempo lejano, aquellas canchas de Satélite vieron desfilar a cientos de adolescentes. Una caja de recuerdos encontrada en la bodega del estadio, ahora abandonado, nos lleva a reconocer en fotos a los que en adelante fueron las grandes raquetas del tenis mundial Nicolás Massú, Juan Martín del Potro.

Ivan Lendl, Goran Ivanisevic, algunos destacaban y algunos se quedaban rezagados. Con el tiempo íbamos viendo el ranking y decíamos ¡ay este muchacho vino al torneo!”, externó Zurita.

Hay testigos de los viejos peloteos que sucedieron en las canchas al norte de la ciudad. En donde Roger Federer un joven, “espigado y un tanto introvertido” de 15 años pasó desapercibido.

En el caso específico de Roger, era un niño. Él venía de la gira de Miami y fue la primera vez que vino a México. Nos traíamos en chárter a los jugadores después del Orange Bowl y él llegó con la selección de Suiza. Venía sin puntos ITF entonces entró al torneo de calificación”, recordó Raul Monsalvo, encargado de ir a reclutar a Jugadores en las primeras décadas del torneo.

Dominó la qualy como por años lo hemos visto dominar el tenis mundial. Perdió únicamente cinco juegos en tres partidos y por primera vez en su joven trayectoria, se ganó un lugar en el main draw de un evento de tal envergadura.

Fue importante su participación porque era el más pequeño del torneo. Pero el hecho de que calificó y ganó a tres mexicanos a sus 15 años jugando contra chicos de 18 años fue importante”, externó Monsalvo.

La magia de aquel revés a una mano estaba en desarrollo. Pero más allá del tenis que enamoró al mundo, el suizo, estaba forjando carácter. Pasaría esa Navidad de 1996 sólo, en el hotel Plaza Lancaster de Tlalnepantla.

El día 24 de diciembre les hacíamos su cena. Íbamos aprendiendo cada año porque en cada país tienen costumbres distintas. Alejandra Muller les envolvía unos presentes y se los daba a los muchachos. Procurabamos hacerlos sentir como en casa. Ese año les regalamos una sudadera”, mencionó Ovidio.

Quizás la experiencia fue complicada, porque la mañana del 25 de diciembre fue eliminado en la segunda ronda en manos del alemán Sebastien Aickle 7-6, 3-6, 7-5.