Se debe al pueblo, señor Alcalde

No deben olvidar jamás que fueron elegidos por el pueblo

Los presidentes municipales, como todo funcionario, se deben al pueblo. Fue éste quien los puso en el cargo que detentan y no deben olvidar jamás que al elegirlos como mandatarios, el pueblo escogió a quien creyó podría servirle de la mejor manera, no a un amo o tirano al cual servir. No deben olvidar que al protestar el cargo quedaron sujetos, por ley, a realizar las tareas inherentes a su función; por tanto, violan el derecho quienes fingiendo demencia confunden mandatario (quien recibe un mandato, una orden) con mandante, y una vez en la silla, se olvidan de sus obligaciones con la ciudadanía, a los cuales es necesario hacerles el señalamiento público por cualquier medio al alcance de los ciudadanos.

Tamazunchale, según el Consejo Nacional para la Evaluación de Políticas Públicas (CONEVAL), es uno de los cinco municipios del estado que concentran la mayor cantidad de población en situación de pobreza: el 76.9 por ciento, es decir, casi 8 de cada 10 habitantes del municipio es pobre, a secas; aquí la gente no cuenta con lo necesario para una vida mínimamente digna. Su población es de 96,820, de los cuales 39,161 son indígenas, lo que representa el 43.8% (datos del Censo 2010 del INEGI y del Periódico Oficial de enero del 2019), no cuenta con servicios básicos en sus viviendas. Es más, el 6.4% viven en casas de bajareque y láminas de cartón. El 59.8% no disponen de drenaje; las viviendas con piso de tierra representan el 10.3%; las que tienen un solo cuarto para alojar a toda la familia el 11.6% y las viviendas que no disponen de energía eléctrica son el 5.9%. Datos verdaderamente alarmantes que revelan la urgencia del apoyo a la vivienda para todos los tamazunchalenses.

Pero no es todo: Las viviendas que no disponen de agua entubada o potable, representan el 56% o sea más de la mitad, por lo que una solución al problema es urgente, ya que la población mayoritariamente se abastece de agua, solo una vez por semana en la ciudad y cada mes en promedio en las comunidades, pues ahí ni siquiera existe una red de distribución de agua potable, y tienen que contratar el servicio de pipas de agua, las cuales tienen un costo muy elevado, lo que incrementa los gastos considerablemente y esto hace la vida cada vez sea más difícil para las miles de familias pobres del municipio.

Además, el Informe anual de pobreza y rezago social del INEGI revela que viven con carencia por acceso a la alimentación el 46.6%, es decir, una población de 46,293 personas, casi la mitad de los tamazunchalenses, padecen hambre en el municipio, por lo que el pueblo que sobrevive en el campo, más que unas raquíticas despensas cada dos meses, necesita urgentemente que se le apoye por parte de la autoridad municipal con semilla de maíz y frijol para el consumo humano para atender a los campesinos.

Faltan muchas cosas, muchos servicios e infraestructura en el municipio, desde caminos y calles pavimentadas, que hagan posible la movilidad de la gente y de mercancías, el traslado de enfermos cuando se presentan emergencias, o simplemente para que los campesinos y trabajadores puedan trasladarse a realizar sus labores diarias hasta sus parcelas o centros de trabajo. Centros de Salud donde la gente pueda acudir a recibir atención médica a bajo costo y con calidad; centros educativos para los hijos de los campesinos, de las amas de casa, pequeños comerciantes y trabajadores en general; hace falta que las colonias y comunidades estén debidamente iluminadas por las noches con un eficiente sistema de alumbrado público, hace falta que se le proporcione energía eléctrica a la población que carece de ella, pues no es posible que en pleno Siglo XXI la gente del municipio siga viviendo como en la época de las cavernas en que se alumbraban con teas los hogares.

Para todo eso, hace falta sensibilidad, identificación con los intereses del pueblo, con sus necesidades y sus demandas, con el dolor de los sin pan ni techo, de los que se mueren de enfermedades curables porque no cuentan con los servicios de salud, hace falta sentir el dolor de los sufrientes por la falta de agua, de alimento, de luz, de drenaje y de vivienda, para que las cosas cambien para bien en el municipio.

El Movimiento Antorchista, por este conducto, hace un llamado atento, respetuoso pero enérgico, al presidente municipal Antonio Costa Medina, a que escuche y resuelva conforme a derecho las demandas del pueblo pobre organizado, que son las demandas de los tamazunchalenses. Y al pueblo en general lo invitamos a que se una con nosotros para luchar con éxito por sus intereses inmediatos, pero también para luchar por sus intereses históricos, es decir, por la necesaria y justa distribución de la renta nacional. Por la eliminación de las insultantes diferencias sociales, producto de la irracional concentración de la riqueza en unas cuantas manos, y así lograr mejores condiciones de vida de manera permanente para todos los mexicanos. Que así sea.