Los demócratas tienen todo a su favor para ganarle a Trump… excepto un candidato

  • Según la mayoría de las encuestas, Biden sigue siendo el candidato con más puntos para convertirse en el rival del presidente Trump en los comicios de 2020, aunque la senadora Elizabeth Warren también ha salido como favorita en alguna de ellas.

A poco menos de un año de las elecciones presidenciales, el humo del incendio que hay dentro de la Casa Blanca se puede ver desde más allá del Potomac. La investigación del ‘impeachment’, las críticas bipartidistas al abandono de los kurdos en Siria, sorprendentes propuestas como la abortada de celebrar la cumbre del G-7 en un resort del presidente, la desaceleración económica en el horizonte, exmiembros del gabinete haciendo chistes del inquilino de la Casa Blanca…

Cualquier director de campaña vería con alegría tener un rival sumido en ese desconcierto e inestabilidad, por no mencionar el índice de popularidad de Donald Trump, sumido en números negativos.

El campo está sembrado para que alguien lo coseche en las elecciones del 2020. La cuestión es quién.

Busco un ganador“¿Puede alguno de estos vencer a Trump”, se preguntaba frustrado el aspirante presidencial Michael Bennet en Politico tras el más reciente debate de los aspirantes demócratas, del que el senador demócrata de Colorado quedó excluido por no reunir los criterios para calificar.

El centrista Bennet se planteaba la gran cuestión que sobrevuela las primarias desde que se anunciaron las primeras candidaturas hace más de un año. Con el mismo ahínco de Mitch McConnell cuando se propuso hacer de Barack Obama un presidente de un solo mandato, los demócratas buscan hacer lo mismo con Trump desde el día siguiente al de su inesperada victoria ante Hillary Clinton.

No hay mayor deseo, nada que levante más pasión, que derrotar al magnate neoyorquino en las urnas, si el ‘impeachment’ no lo logra antes.

Pero a pocos meses del caucus de Iowa, la primera primaria, no dejan de aflorar dudas como burbujas desde la profundidad acerca de si entre el ramillete de candidatos hay un aspirante con la solvencia necesaria para derrotar a un hombre cuyo único éxito indiscutible hasta ahora sido precisamente vencer contra pronóstico en unas elecciones presidenciales.

¿Esto es lo que hay?
“Después del cuarto debate demócrata, se agudiza mi preocupación”, admitió en un tuit el exembajador mexicano en Washington Arturo Sarukhán, quien desde la capital estadounidense desgrana la política del vecino del norte para en la prensa mexicana.

Su desazón en entendible. Estas primarias no se parecen a las del 2007, cuando el debate estaba entre Obama y Hillary Clinton –candidatos con evidente appeal– ni a las de 2015, con el enfrentamiento ideológico entre Hillary y Bernie Sanders.

No es la profusión de candidatos lo que genera dudas –una prueba de riqueza ideológica, pero también de ausencia de nombres de peso– sino la ausencia de solidez que se les percibe.

Hasta el punto de que, como apunta el New York Times, hay un debate entre influyentes donantes, cargos electos y figuras públicas del partido acerca de si un candidato alternativo como Clinton, el exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg o el exsecretario de Estado John Kerry deberían entrar en la contienda. Los tres por ahora lo descartan.

“Lo veo, lo siento y lo escucho”, dijo al rotativo el exalcalde de Nueva Orleans Mitch Landrieu sobre las dudas en el seno de su formación política.