Una semana por demás tormentosa para los Tiburones Rojos del Veracruz terminó, futbolísticamente, de la peor forma posible.
La protesta realizada por los jugadores escualos en el campo generó una dolorosa derrota por 1-3, en parte tampoco buscada por los Tigres de la UANL. La jornada 14 del Apertura 2019, sin duda quedará escrita como una lamentable página en la historia del fútbol mexicano.El silbatazo inicial presentó a un Veracruz por demás pasivo en el campo.
El esférico, en pies de Sebastián Jurado se encontraba sin disputarse, sin embargo, tras más de un minuto, Tigres ejerció ligera presión, por lo que el meta se vio obligado a despejar. Lo inmóvil de los jugadores escualos fue «aprovechado» por Luis Rodríguez, quien sin ser presionado sacó disparo lejano que se incrustó a la meta local, ante el asombro de todos los presentes.
La incredulidad generada en el Luis ‘Pirata’ Fuente continuaba; no se sabía si por la pasividad de los jugadores el gol contaría, fue entonces cuando llegaría un nuevo disparo a gol, ahora de parte de André-pierre Gignac. Con el 0-2 en contra, con los reclamos de los jugadores felinos, y con más de cinco minutos sin jugarse, el Veracruz entraría en acción.Lamentablemente el encuentro, a estas alturas, se encontraba totalmente roto.
La segunda parte no cambiaría su guion. los norteños, entendiendo que el juego se había resuelto en la primera mitad no buscaría acrecentar el marcador, mientras que Gabriel Peñalba, con un cabezazo lograría inquietar de más al Patón, en lo que sería la jugada de mayor peligro de los locales. Sería hasta el minuto 90, cuando los escualos, por medio de Colin Kazim Richards firmarían el tanto ‘de la honra’.El 1-3 final queda de lado. La tensión se respiró en todo momento en el puerto jarocho, y ahora queda esperar las declaraciones de los involucrados y de los directivos.
