“Me considero heredero de Portilla, no sólo en el aspecto afectivo, sino científico”: Johansson

Camino sobre las huellas de Miguel”, afirma sin dudar el investigador y académico francés Patrick Johansson (1946) al evocar las enseñanzas de su maestro y amigo Miguel León-Portilla (1926-2019), fallecido el pasado 1 de octubre. “Su obra fue para mí un detonador, una revelación”, agrega sobre el mayor experto en el pensamiento y la cultura náhuatl, a quien conoció hace 40 años.

Miguel definió mi existencia, no sólo mi formación como investigador del mundo prehispánico. Me considero su heredero no sólo en el aspecto afectivo, sino científico. Me sentía el hijo predilecto de mi querido maestro”, confiesa el doctor en Letras por la Universidad de París en entrevista con un Diario de circulación nacional.

Para mí, su libro clave fue La filosofía náhuatl estudiada en sus fuentes (1956), el primero que escribió, su tesis doctoral, porque aquí plantea un acercamiento casi estructuralista. Por ejemplo, hacía todos los racimos lingüísticos y analizaba con profundidad el pensamiento indígena en su lengua. Fue un detonador, pues yo tenía también tendencias al análisis semiológico”, comenta.

El titular desde hace tres años del Seminario de Cultura Náhuatl de la UNAM, que León-Portilla y Ángel María Garibay crearon en 1956, dice: “En mis clases siempre cito a Miguel y, si no lo cito, lo llevo dentro. Es difícil saber dónde estoy yo y dónde estuvo él dentro de mí”, indica.

Tras cuatro décadas de compartir ideales, crear proyectos y convertirlos en realidad, el profesor de la Facultad de Filosofía y Letras desea escribir una biografía “poética y a la vez analítica” del autor de Visión de los vencidos (1959).

Lo conocí en 1979, cuando entré al Instituto de Investigaciones Históricas. Vine a México para hacer algunas investigaciones e iba a regresar a Francia. Pero Miguel me hizo enamorarme de la cultura indígena”, agrega el estudioso naturalizado mexicano. “Él fue un parteaguas, un antes y después, un eslabón entre el mundo prehispánico y el de hoy”.

Adelanta que la biografía que dedicará al filósofo e historiador mexicano será parecida a su antología titulada Ángel María Garibay. La rueda y el río, inspirada por quien considera su abuelo intelectual. “Dejaré pasar un tiempo, pues Miguel fue una especie de padre sabio y aún no destilo, decanto, todas sus enseñanzas”, admite.

Además de este libro, elaborará el contenido de la página de internet que el español Instituto Cervantes dedicará al nahuatlato. “Aquí subiremos para compartir con los hispanohablantes los documentos, videos, fotografías, discursos y conferencias de mi maestro. Será algo cálido y atractivo. Todo lo coordinaremos con su viuda, Ascensión Hernández, y su hija María Luisa. Se digitalizará lo que ellas determinen, tal vez también su correspondencia y las portadas de las primeras ediciones de sus libros. Pero se necesita revisar su archivo y catalogarlo poco a poco. Pensamos lanzarlo en 2020”, añade.

Quien fue profesor visitante en las universidades en París-Sorbona y Toulouse-Le Mirail adelanta que en breve reeditará La palabra florida de los aztecas, que publicó en 1992 con una introducción de León-Portilla. “Refresqué su contenido. Lo platiqué con él hace dos años. La introducción es la misma, sólo actualicé las fechas”, apunta.

UN MUNDO NUEVO

Patrick Johansson descubrió la cultura y el pensamiento náhuatl cuando aprendió esta lengua. “Fui primero a Hueyapan (Morelos), después a la sierra norte de Puebla, San Miguel Tzinacapan, y luego a San Francisco Ixquihuacan. Y, cambiando siempre de lugar, conocí distintas tonalidades. Eso me permitió tener mayor profundidad y perfección”, explica.

Junto con Miguel empecé a tener una visión de la oralidad náhuatl y de los códices, porque empecé a familiarizarme con los códices y la semiología de la imagen. No se me hizo difícil el náhuatl. Esto pasa cuando hablas varios idiomas, en mi caso inglés, sueco, algo de alemán y español. Ahora sé un poco de maya yucateco”, destaca.

Así, dio vida a títulos como Machiotlahtolli, La palabra modelo. Dichos y refranes de los antiguos nahuas y Zazanilli, La palabra enigma. Acertijos y adivinanzas de los antiguos nahuas.

Me gustaron estas figuras, porque el proverbio es algo universal. Es una fórmula lapidaria, corta y muy expresiva, que no fue modificada por los españoles. Quitaron lo que no les convenía, pero se mantiene la sabiduría indígena. Y las adivinanzas muestran el sistema simbólico del náhuatl, ya que tejen con palabras y sonidos algo que el interlocutor debe rastrear”, señala.

Esta cultura tiene mucho humor, risa y placer; éste y el erotismo eran fundamentales, se canalizaban en las fiestas. Incluso, en ciertos sacrificios, a la mujer que iban a desollar debía estar contenta. Pero también se canalizaba la tristeza. En el mundo precolombino, el dolor y la muerte se procesaban de una manera singular”, asegura.

Quien acaba de terminar Cantos eróticos de los mexicas concluye que recordará a don Miguel en dos vertientes: “La que concierne al mundo prehispánico y su lucha en defensa de los derechos indígenas”. Piensa que el legado de su maestro resguarda sorpresas y que su sabiduría seguirá guiando a nuevas generaciones de investigadores interesados en estos temas.