Yulimar Rojas, reina del salto triple en Doha

La venezolana Yulimar Rojas reventó la final de triple con una marca de 15.37 metros en el segundo turno que le dio su segundo título mundial consecutivo y volvió a dejarle muy cerca del récord del mundo de la ucraniana Inessa Kravets (15,50).

La jamaicana Shanieka Ricketts consiguió la medalla de plata con 14,92, y la colombiana Caterine Ibargüen, campeona olímpica, se alzó con la presea de bronce con 14,73.

El clásico del triple salto mundial, Rojas-Ibargüen, iluminaba la penúltima jornada de los campeonatos y Ana Peleteiro, campeona de Europa en sala, se sumó a la fiesta junto a la venezolana, su compañera de entrenamientos.

Yulimar demostró en Andújar que estaba «on fire», lista no solo para defender su corona, sino también para atacar el récord mundial de la ucraniana Inessa Kravets (15,50 en Gotemburgo’95). En la ciudad española, hace un mes, que quedó sólo a 9 centímetros, apenas nada en triple salto. Hoy a 12. «El récord saldrá en algún momento», dijo antes de la final.

El momento dulce de la discípula de Ivan Pedroso, que ganó siete de sus nueve competiciones este año y en cuatro de ellas superó los 15 metros, le concedía fundadas esperanzas de igualar a Ibargüen, a la cubana Yargelis Savigne y a la rusa Tatyana Lebedeva como doble campeona del mundo.

Rojas, pese a batir muy lejos de la tabla, debutó con un salto de 14,87 metros.