Museo Nacional de las Culturas Populares, arte vivo de México

Enclavado en el centro de Coyoacán, existe un lugar donde la cultura popular, las artesanías e incluso la gastronomía, encuentran una armonía que cautiva a propios y extraños.

Se trata del Museo Nacional de las Culturas Populares, un recinto que en 37 años de existencia se ha convertido en la voz de la diversidad étnica y cultural del país, y que ha conseguido colocarse en el gusto de los habitantes de la Ciudad de México, además de turistas nacionales e internacionales.
Nacido el 24 de septiembre de 1982, con una exhibición relacionada con la milpa, el recinto fue fundado por el antropólogo y etnólogo Guillermo Bonfil Batalla, como una forma de brindar proyección a los pueblos originarios del país y de la capital mexicana, una labor que en los años 80 fue fundamental ante la crisis económica, política y sociocultural por la que atravesaba México.

En entrevista para Excélsior Digital, Lluvia Sepúlveda Jiménez, directora del recinto, manifestó que, en aquella década, Bonfil Batalla advirtió la necesidad de crear un espacio dedicado a hablar de aquellos grupos sociales en ese entonces considerado como subalternos y cuya visión de la realidad era, y es distinta a la del mexicano promedio.

Fue entonces cuando, en coordinación con un grupo de antropólogos y etnólogos se dieron a la tarea de recopilar datos de grupos indígenas y sectores populares que pudieran expresar sus tradiciones y costumbres.

Para Lluvia Sepúlveda, el principal objetivo del Museo Nacional de las Culturas Populares es mostrar el patrimonio cultural de los pueblos indígenas de México a fin de lograr un diálogo cultural con la sociedad actual a fin de que su riqueza y aportación al país sean reconocidas.

La también antropóloga, asegura que una de las principales dificultades que en pleno siglo XIX enfrentan los pueblos originarios, es la discriminación y racismo latentes en México, flagelos que desde inicios del Museo han estado presentes, aunque han logrado sortear con éxito a través de la inclusión de las comunidades y de la difusión de sus tradiciones, lo que ha logrado que sean cada vez más valorados.
Aunque como Sepúlveda Jiménez asegura, aún hay mucho por trabajar, el recinto se ha convertido en referente de la cultura popular y de la variedad de lo que significa ser mexicano, muestra de ello son las constantes exposiciones que van más allá de exponer ese arte popular, pues abarcan muestras etnográficas y gastronómicas que atraen a un importante número de visitantes al Museo.

Además de las exposiciones, la labor del Museo abarca otras manifestaciones de los pueblos indígenas y culturas urbanas populares, como saberes y conocimientos, tal es el caso de talleres que invitan a los visitantes a conocer de cerca el proceso de elaboración de textiles o bien de alimentos tradicionales como los tamales o el pan de muerto.

Lluvia Sepúlveda manifestó además que otro de los retos en el que trabaja el Museo, es el de ampliar la oferta cultural, en este sentido explica que su labor se extiende a la investigación, en meses próximos, el recito exhibirá la cultura y tradición de comunidades al norte del país, una labor que involucra investigación y acercamiento con esas poblaciones.