Los bebés nacidos por cesárea tienen más microbios potencialmente peligrosos

Uno de los momentos cruciales de la vida de cualquier persona sucede antes de nacer. Al pasar por el canal del parto, los bebés reciben un baño de millones de bacterias de sus madres. Los microbios intestinales y vaginales colonizan su cuerpo y se asientan en diferentes órganos para facilitar funciones claves como la digestión. Esta comunidad bacteriana, el microbioma, hace que el sistema inmune, nacido sin memoria alguna, aprenda a identificar a los microbios beneficiosos —comensales— de los peligrosos. Aunque aún no están claras las implicaciones de este proceso para la salud, hay estudios que muestran que los bebés nacidos por cesárea tienen un microbioma muy diferente y también tienen un mayor riesgo de sufrir asma, alergias u obesidad a lo largo de su vida.

El mayor estudio sobre el microbioma de recién nacidos, cuyos resultados se publican hoy en la revista científica Nature, confirma grandes diferencias entre uno y otro tipo de nacimiento. Se han estudiado muestras de microbiota de 596 bebés a lo largo del primer año de vida y de 175 madres. Los resultados confirman que los niños nacidos por el canal del parto reciben la mayoría de sus bacterias de sus madres. En cambio, en los partos por cesárea la transferencia de bacterias maternas queda interrumpida y los microbios más abundantes son los del ambiente hospitalario. Entre ellos hay varias especies del grupo de microbios resistentes a antibióticos.

“Estos microbios son oportunistas, aunque no tienen por qué causar una infección, sí existe ese riesgo si el sistema inmune del bebé está debilitado o si acaban en el órgano equivocado [como el torrente sanguíneo]”, explica Nigel Field, investigador del University College de Londres y coautor del estudio, realizado en Reino Unido. “El 80% de los los nacidos por cesárea presenta estos microorganismos, mientras que en el otro grupo solo es el 50%. Estos microbios hospitalarios suponen el 30% del total tras una cesárea, pero solo el 10% tras un parto vaginal”, explica. A las madres se les suele ofrecer una dosis de antibióticos antes de la cirugía para evitar infecciones, lo que también puede contribuir a las diferencias observadas.
La composición del microbioma de unos y otros niños se equilibra a partir del primer año de vida, pero los investigadores creen que hacen falta estudios a largo plazo.