El arte del bordado

El proyecto de TejeDora, por Dora Moro, busca resaltar el valor artístico de esta manifestación que durante siglos ha pasado de mano en mano entre los artesanos; además, entre puntada y puntada, hila la poesía con los trabajos textiles.
Dora Moro empezó el proyecto de TejeDora hace cinco años, cuando decidió dejar la docencia en instituciones para dedicarse a la impartición de talleres.
Con el bordado como eje, quiso resaltar el valor artístico de esta manifestación, que durante siglos han pasado de mano en mano entre artesanos.
Su contacto sucedió desde la primera infancia: “Bordo desde los tres años.
Siempre he tenido contacto con los trabajos textiles, porque estudié diseño de modas. Me he dedicado muchos años a dar clases, tengo 25 años dando clases. Lo que hago principalmente son trabajos textiles. Surgió porque me gustan mucho las cosas manuales, expresar emociones y un poco de poesía (que también escribo) por medio de los trabajos textiles. Son una especie de cuadros, piezas”.
Además del bordado, Dora ejerce el tejido: “Hago las dos cosas. Ahora estoy más dedicada al bordado. El aprendizaje es muy amplio, porque hay muchos bordados en todo México, muchos estilo.
Trabajo mucho con los estilos del país, aunque también doy un taller de bordado japonés. He conocido gente maravillosa en los talleres: lo que siempre les digo es que se puede aprender desde cero, no hay que tener práctica para agarrar una aguja y bordar un motivo”.
De la variedad de estilos en el bordado, detalló sobre los tipos de bordado mexicano que practica y de los cuales da talleres: “Las herramientas son siempre las mismas, hilo y aguja.
Los hilos sí varían según el bordado. Por ejemplo, está el bordado tehuano, el bordado del Istmo de Tehuantepec. Yo lo enseño con aguja e hilo perlé.
También está el taller de bordado purépecha, de Michoacán. Es un bordado con muchos motivos de fiestas tradicionales de Tzintzuntzán y de Pátzcuaro. Cuenta una historia en el bordado, de las fiestas del pueblo o de escenas cotidianas. También imparto el taller del bordado de Tenango, con los bordados de Tenango de Doria, en Hidalgo. Se borda igual, con hilo mouliné. Este trabajo está inspirado en las cuevas de San Nicolás, por los habitantes de Tenango.
Sus motivos son animales, también fantásticos: alebrijes, venados, palomas, conejos, armadillos. Es un bordado muy colorido”.
Del bordado japonés, comentó: “Es un bordado llamado sashiko. Unas amigas fueron a Japón, me trajeron un libro por el medio del cual aprendí. Siempre en los talleres comparto una investigación, para que conozcan el uso del bordado, sus usos y tradición”.