A raíz de la enésima ocasión que mis compañeros antorchistas se manifestaron ante el Organismo Intermunicipal Metropolitano de Agua Potable, Alcantarillado, Saneamiento y Servicios Conexos de los municipios de Cerro de San Pedro, San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez (INTERAPAS), exigiendo el inmediato abasto de agua, acto de protesta, que dio como resultado nuevos compromisos de los funcionarios de este organismo, de “garantizar” temporalmente el abasto de agua –a través de la transportación de agua con camiones cisterna- a colonias y comunidades marginadas del área metropolitana; vale ésta reflexión: ¿por qué no se resuelve de manera definitiva el problema del abasto de agua de los quejosos?, como es el caso de los habitantes del ejido de Escalerillas, comunidad que tiene más de 100 años de fundación y aún no pueden tener acceso al servicio del agua entubada, pero paradójicamente está rodeada de 3 grandes cuerpos de agua, La Presa del Potosino, La de San José y la del Peaje. Entonces hay agua suficiente, sin embargo, por acciones de discriminación, burocratismo y corrupción de las dependencias encargadas de otorgar el agua entubada, a los habitantes de éste lugar se les ha mantenido por decenas de años en el abandono.
Escalerillas, es sólo un botón de muestra de lo mal que se maneja la captación y distribución de tan necesario líquido en la zona metropolitana, y ya existen en estos momentos, serios problemas no solo para abastecer de agua a colonias marginadas; sino también a toda la ciudad.
El organismo de agua metropolitano sabe desde hace años, que seguir extrayendo agua del subsuelo en esta región es prácticamente nula, debido a la falta de su recarga natural provenientes de la contención de agua y filtración de la Sierra de San Miguelito y de la Sierra de Álvarez. Ahora para extraer agua subterránea hay que escarbar a mayor profundidad, pasando de los 200 a los 1000 metros de profundidad y con altas concentraciones de flúor, rebasando las normas sanitarias que son de 1.5mg/l hasta los 4.0 mg/l, provocando daños en la salud por la contaminación del líquido que genera enfermedad llamada fluorosis, que afecta a los seres humanos en sus primeras etapas de desarrollo, causando las manchas en los dientes y afectando todo el sistema óseo.
El futuro nos alcanzó…
La extinción de fuentes superficiales de agua en San Luis Potosí, como fueron hace algunas décadas, los canales que conducían agua de los manantiales de la Cañada del Lobo hasta el centro de la Ciudad, las pequeñas norias en los domicilios, la utilización de las afluentes del Río Españita, Santiago o el Río Paisanos; el arroyo de agua, llamado La Corriente de lo que hoy es la Avenida Reforma, la Presa de San José, etcétera; el abatimiento del líquido de los pozos profundos y el limitado abastecimiento de agua de la Presa del Realito; implica buscar nuevas fuentes alternativas de agua, además, ahora sí, de conservar y proteger las recargas naturales del agua del subsuelo. El crecimiento urbano en el área metropolitana, sobre todo al poniente de la Ciudad con la construcción de grandes zonas residenciales, ha formado una gran plancha de asfalto y concreto que opera como un impermeable y evita la filtración del agua de lluvia, que sirve para recargar los mantos acuíferos; de tal manera que cuando llueve, el agua que baja de la sierra de San Miguelito llega con gran fuerza a la Ciudad y en cuestión de minutos inunda toda la zona urbana y colapsa las principales vías de comunicación, para dirigirse a las partes bajas de la zona metropolitana e inundando peligrosamente las comunidades de la Tinaja y la Purísima de Soledad de Graciano Sánchez, que cada vez que se presentan las lluvias se inundan sus viviendas y prácticamente desde hace algunos años, su producción agrícola se reduce a cero por la gran cantidad de agua que llega sin control a sus campos de cultivo.
Las prevenciones del pasado para garantizar el abasto de agua han quedado rebasadas, atrás ha quedado el viejo proyecto de construir la Presa de las Escobas que captaría los excedentes de la Presa de San José, que se desperdician al desfogar la presa cuando está en sus niveles altos y se descargan sobre el cauce del río Santiago y llegan a la Tinaja y Purísima, solo a causar estragos entre sus habitantes. El agua de la Presa del Realito y el funcionamiento de la planta tratadora Tanque Tenorio de aguas residuales prácticamente quedaron de adorno.
El contrasentido de la conducción al problema del agua…
Tenemos agua, pero estamos sin agua. Primero. Tenemos un gran volumen del agua de la Presa de San José, pero que no es potable porque todas las aguas negras de los poblados de Escalerillas, Pozuelos, Casa Blanca, La Maroma y Mesa de los Conejos, se descargan directamente a las afluentes de los ríos que nutren la Presa de San José. Se construyó en el año 2006 una gran planta tratadora en Escalerillas para reciclar las aguas negras, pero por turbios manejos financieros sobre la instalación de esta planta, nunca funcionó y al paso del tiempo se desmanteló y hasta las grandes bombas de agua que existían en ese lugar se las robaron. Segundo. Existen los excedentes de agua de la presa de San José, que pudieran contenerse en el dique de una nueva presa, la de Las Escobas, pero por cuestiones burocráticas no se ha podido echar andar su construcción, mientras tanto, el agua se desperdicia e inunda la zona metropolitana. Tercero. Están los grandes volúmenes de agua que bajan de la sierra de San Miguelito y que se conducen por los grandes colectores pluviales, sólo para desperdiciarse e inundar a la población de la Tinaja y la Purísima. Cuarto.- Según datos de la Comisión Nacional del Agua en un informe del 2015 sobre aguas subterráneas en San Luis Potosí, existe la Cuenca de Jaral de Berrios-Villa de Reyes, que tiene una disponibilidad de agua de 17.012078 hm3 (Millones de metros cúbicos anuales). No obstante el acuífero presenta un ritmo de abatimiento de 2 metros por año, ocasionado por una extracción de 213.4 hm3/año, mayor que la recarga de 132.1. Aun así, se sigue proporcionando criminales volúmenes de agua para uso industrial a la Termoeléctrica y a la fábrica Pronapade ubicadas en Villa de Reyes, que anualmente consumen cerca de 20 millones de metros cúbicos de agua, a pesar de que hace algunos años, estas empresas y otras de la zona industrial (que disponen de 30 pozos de agua) estuvieron de acuerdo en dejar de tomar agua del subsuelo y utilizar la que les mandaría la planta tratadora llamada Tanque Tenorio, pero como a los directivos de estas empresas les interesa más el dinero, que calmar la sed de los potosinos, para nada utilizan el agua de esa planta tratadora “por lo caro”, que por cierto tuvo una inversión cercana a los 700 millones de pesos y ahora es un ofensivo “Elefante Blanco”, que además los potosinos debemos pagar su millonario mantenimiento.
Lo que si fluye y en abundancia, son los manejos turbios del negocio con el agua…
Los servicios del Interapas con tal de obtener dineros mal habidos, en el pasado, la administración panista del ex presidente Jorge Lozano Armengol, llegó a un acuerdo con un poderoso empresario, constructor de la zona residencial en el poniente de la Ciudad, al autorizarle mediante la aprobación de su Cabildo, la perforación de pozos y el manejo del agua potable en la zona residencial, a través de una empresa llamada, Aguas del Poniente Potosino, S.A. de C.V., mediante la cual, según volumen de agua que consuman los habitantes de los fraccionamientos de los ricos, el Ayuntamiento cobrará sólo el 14 por ciento, y dejará de ingresarle el restante 86 por ciento a las deterioradas arcas del Interapas.
Como se observa, la escases de agua en San Luis Potosí, no es la falta dellíquido; sino la abundancia de ambición y acumulación de capitales mal habidos en unas cuantas manos.