Suspensiones activas

Todos nos acordamos de esos dos campeonatos donde Williams arrasó a la competencia con sus inalcanzables FW14 y FW15 que llevaron a la victoria a Mansell (92) y a Prost (93). En ese entonces la F1 recurría a la electrónica para controlarlo todo, tracción, frenos y sobre todo suspensiones. Retrocedamos a 1978, Lotus arrasaba con Andretti y el modelo 79 que se valía del efecto suelo para succionarse al piso. Envalentonado por su suceso, Collin Chapman (fundador de Lotus y una de las mentes más revolucionarias en la historia de la F1) decidió llevar el concepto más allá con su siguiente creación, el Lotus 80. Según sus diseñadores generaba tanta carga debajo del suelo que podía prescindir de los alerones.El problema con los autos es que su altura respecto del suelo varía constantemente y esto afecta a toda la aerodinámica, pero sobre todo a lo que pasa por debajo del chasis, justo donde se genera la magia del efecto suelo. El resultado fue un monoplaza indócil que podía moverse entre dos increíbles: de increíble agarre a increíble pérdida del mismo. Lole Reutemann fue uno de los pilotos que lo sufrió y de los que pedía que por favor volviera el Lotus 79. El plan era hacer las primeras pruebas en un Lotus Esprit para luego llevarlo al monoplaza de F1.