¿Qué puedo hacer para que el pasado deje de atormentarme?

Muchos de nosotros disfrutamos escribiendo un diario, leyendo autobiografías o reflexionando nostálgicamente con otros sobre el pasado.
¿Pero por qué recordar nuestro pasado es tan importante? ¿Existen inconvenientes? ¿Y qué podemos hacer si pensar en el pasado nos atormenta?
Durante varias décadas, investigadores han mostrado que recordar el pasado es fundamental para el ser humano, y tiene cuatro funciones importantes.
1. Los recuerdos ayudan a construir nuestra identidad.
Nuestros recuerdos personales nos ofrecen una sensación de continuidad, la de la misma persona moviéndose a través del tiempo. Éstas nos proveen de importantes detalles sobre quiénes somos y quiénes nos gustaría ser.
2. Nos ayudan a resolver problemas.
Nos ofrecen soluciones potenciales para problemas actuales y sirven como guía a la hora de afrontarlos.
3. Nos hacen sociables.
Son esenciales para la interacción social. Ser capaces de recordar vivencias personales supone un material importante a la hora de hacer nuevos amigos, construir relaciones y mantener las que ya tenemos.
4. Nos ayudan a controlar nuestras emociones.
Nuestros recuerdos proveen ejemplos de otras situaciones similares que ya hemos vivido. Esto nos permite reflexionar sobre cómo manejamos una emoción en el pasado y qué podemos aprender de esa experiencia.

Este tipo de recuerdos nos ayudan también a manejar emociones negativas fuertes. Por ejemplo, cuando alguien se siente triste, puede tomarse un tiempo y pensar en una vivencia positiva para mejorar el ánimo.
Los recuerdos y la sociedad
Fijarnos en nuestros recuerdos personales no solo nos ayuda como individuos. También nos permiten operar dentro de nuestro contexto socio-cultural, ya que éste también influye en la manera que recordamos nuestro pasado.
Por ejemplo, en las culturas individualistas occidentales, las personas tienden a recordar vivencias largas, específicas y detalladas que se centran en el individuo.