‘Quiero que laringes mexicanas coloreen mi música’: Björk

Björk se ríe con la primera pregunta. ¿Fue Lucrecia Martel el único ser humano capaz de traducir el universo de Utopia para el show Cornucopia? Uno, porque la islandesa sabe que artísticamente sus construcciones son complejas y la gente así las considera, y dos, piensa que las flautas dentro de su disco son el sonido de jirafas albinas.
Y la cineasta y guionista argentina no la decepcionó.
Ja, ja, ja, ja, sí”, comienza en entrevista con Excélsior, “me parece que algo dentro de mí, mi instinto, me dijo que teníamos puntos de vista sobre el mundo en común, similares declaraciones que ambas quisimos hacer y quizá, lo más importante, el mismo sentido del humor”, comparte la cantante.
Basta con saber que Lucrecia es una intelectual, buena y cercana amiga de Fito Páez, feminista y realizadora de cintas como La Ciénaga, La Niña Santa y Zama, ésta con Daniel Giménez Cacho como protagonista.
Mucho en común con la islandesa.
El periodo entero de esta historia comenzó en 2015 al escribir la frase ‘se levantaron mis sentidos’ y han tenido muchas etapas desde entonces, tanto para mí como con los colaboradores.