Inspectores de comercio protegen a ambulantes irregulares

En pleno auge de la disputa que viven las autoridades del Ayuntamiento Capitalino y algunos ambulantes que se empeñan en seguir operando a pesar de no contar con los permisos correspondientes, se dio a conocer el caso de un inspector de comercio que, y haciendo mal uso del cargo que desempeña, saca tajada y beneficio personal al solapar las actividades insalubres, irregulares y hasta ilegales de un comerciante de comida que opera en la esquina de Villerías con Universidad, ademas lava platos , corta cebolla y desayuna diariamente en el lugar.
Según reportan diversas fuentes, al inspector se le ha visto en repetidas ocasiones consumiendo la variedad de productos que ofrece el comerciante, los cuales, aseguran, no paga a manera favor para que no se hagan observaciones de las pésimas condiciones y falta de higiene con que se venden los alimentos en el dicho puesto.
Algunas otras versiones, sostienen que se le ha visto picando cebolla, lavando trastes y realizando otro tipo de actividades por lo que, incluso, se ha llegado a sospechar que es familiar de los comerciantes, situaciones que evidenciaría un claro conflicto de intereses.
Curiosamente, este puesto nunca ha sido tocado ni movido de lugar por autoridad alguna sino que parece realizar sus actividades con la venia y el amparo de los inspectores quienes, aseguran, se estarían haciendo de la vista gorda en torno a estas irregularidades a cambio de obtener un beneficio como obtener alimentos de forma gratuita. A la par, es notoria la omisión de las autoridades de salud al no revisar las condiciones de higiene con que se preparan los productos. Quienes denuncian, afirman que todo es parte del mismo trato y de la protección que brindan los inspectores.
Mientras que las autoridades de la Dirección de Comercio del Ayuntamiento de San Luis Potosí y la Unidad de Gestión del Centro Histórico luchan de forma constante para establecer un orden en el primer cuadro de la ciudad respecto al tema del ambulantaje, salen a la luz casos de inspectores que entorpecen esta labor y que obtienen algún tipo de beneficio para permitir que ciertos comerciantes se instalen en lugares inapropiados, afectando la circulación vial, y que no cumplan con los mínimos estándares de higiene, situación que representa un riesgo latente para la personas que consumen sus productos.