Los insectos serían una alternativa alimentaria para el futuro: UNAM

La noche de viernes llega y con ella el gusto de disfrutar un par de cervezas y una buena cena, pero ¿qué tal si en lugar de una entrada como papas, nachos o dedos de queso se ofreciera una orden de chinicuiles, escamoles u hormigas chicatanas?.

Tanto las frituras como los insectos crujen durante los mordiscos, pero la diferencia, en principio, es que las primeras no aportan valores nutricionales, mientras que los insectos brindan hasta 70 por ciento de proteínas.

Sin embargo, en muchos lugares las primeras botanas no tienen costo, mientras que una orden de chinicuiles llega a valer más de 300 pesos.

De acuerdo con la publicación del ejemplar “¿Los insectos se comen?”, de la investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Julieta Ramos-Elorduy B., los insectos son una fuente importante de proteínas, ya que el 60 y 70 por ciento de su masa corporal está constituida por éstas.

El libro que pertenece a la colección de Ciencia de Boleto de la UNAM y el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, explica que los insectos han habitado en la Tierra desde hace más de 300 millones de años, mientras que los humanos hace un millón. Además, se han adaptado a los diferentes hábitats de la Tierra y ahora ocupan cuatro quintas partes del reino animal por lo que han sido consumidos en todo el mundo, especialmente por grupos étnicos.
Ramos-Elorduy propone que los insectos se vuelvan a convertir en uno de los principales alimentos de los mexicanos, a fin de enriquecer la dieta, principalmente de las personas que viven en condiciones de miseria tanto en ciudades como en áreas rurales.
Sin embargo, en un restaurante cerca de la parroquia de Coyoacán, la orden de chapulines tiene un precio de 89 pesos; la de hormigas chicatanas 98; cocopaches (cinches de planta) a 165; escamoles (larvas de hormiga) 184; y la orden de chinicuiles (gusano rojo) 363 pesos. De acuerdo con Eduardo de la Vega, socio de la Casa de los Tacos en Coyoacán, es más caro un kilogramo de insectos que un kilo de pollo, res o cerdo.