Cómo superar el sentimiento de fracaso en un examen

La rabia, la decepción o la impotencia se apoderan de los estudiantes cuando suspenden un examen.

Esto es una opción que puede ocurrir pese a haber estudiado muchas horas o ponerle ganas, ya que los nervios, las circunstancias o cualquier fallo pueden suponer el suspenso.

Es normal sentirse mal cuando se suspense un examen.

Hacer como que no ha pasado nada no es nada natural puesto que es algo que puede ocurrir y además, de todo se aprende.

Conviene analizar por qué suspendiste este examen para que no vuelva a ocurrirte lo mismo. Por tanto, es lógico que sientas tristeza o rabia. Aunque al principio, tengas una sensación horrible, a la larga, aprenderás mucho de esta experiencia.

Piensa en cómo ha sido tu organización de las últimas semanas y cómo puedes mejorarlo.

Si percibes que la materia te cuesta, es hora de organizarse de otra forma y dedicarle más horas.

Repasa los apuntes que has cogido para saber si están bien tomados o acude a la revisión del examen para saber los fallos que has tenido y tener las cosas claras.

Ante todo, debes de saber los motivos por los que has suspendido y poner remedio.

Siempre puedes pedir ayuda a los profesores o a algunos compañeros que aprobaran con éxito el examen.

Si no es la primera vez que te ocurre, entonces es hora de plantear cambiar el método de estudio. Existen cursos online, libros que pueden ayudarte y si es posible busca un profesor particular.

Debes de tener claro que, con esfuerzo y paciencia, obtendrás los resultados que esperas en tus exámenes.

Cuando se aproxime la fecha de un nuevo examen, intenta relajarte y dormir las horas suficientes.

Tampoco es que el examen sea una cuestión de vida o muerte, no te obsesiones con ello.

Con una buena organización es muy posible que pases la siguiente prueba con éxito.