La última ronda del British Open se llevó a cabo bajo unas condiciones climáticas típicas de la región, con viento, frío y por momentos lluvia. El día pintaba para ser uno de mucho dramatismo y el pronóstico no falló, pues a partir de las primeras salidas el viento comenzó a ser factor presentando un fuerte reto para los jugadores que se encontraban ya en competencia y a quienes cobró caro los errores.
El líder, Shane Lowry, pareció haber iniciado afectado por los nervios del primer hoyo empezando la ronda con un bogey en la primera bandera, recortando así la ventaja a cuatro golpes sobre el inglés Tommy Fleetwood. En ese momento, parecía que el último Major del año tendría un dramático desenlace, sin embargo, Lowry demostró una vez más un golf prácticamente impecable en un complicado día en donde la mayoría de los jugadores se vieron severamente afectados. En los siguientes hoyos, el irlandés respondió con dos birdies seguidos tomando ventaja.
