Elisa y amigos cautivan con bailes en el Auditorio Nacional

La Gala de Estrellas “Elisa y amigos” deleitó al público mexicano con las actuaciones de bailarines de primer nivel, pero fue la inesperada propuesta de Elisa Carrillo con los jóvenes del Berlin Youth Ballet, la que sorprendió por la energía que emprendieron en una coreografía contemporánea.

Tendremos en esta ocasión la presencia por primera vez en nuestro país, del Joven Ballet de Berlín, para mí es muy importante saber que estos jóvenes están con nosotros, porque son un gran ejemplo para las jóvenes generaciones y para todos los niños y niñas que sueñan con llegar a un escenario”, dijo Elisa Carrillo en un video.

Mediante las pantallas del Auditorio Nacional, la primera bailarina del Staatsballett Berlin aseguró la noche del martes que para ella era una gran alegría poder compartir este evento con todos los amigos de la danza, y adelantó los estrenos y nombres de los participantes, algunos de los cuales también dieron su testimonio. La gala abrió con un grand pas de deux del ballet “Barba Azul”, en donde de forma elegante, como sus trajes blancos con dorado, Kristina Kretova (Bolshoi Ballet) y Julian MacKay (Mikhailovsky Theatre Ballet) realizaron una gran cantidad de giros y cargadas acompañados por cuatro parejas de la Compañía Nacional de Danza.

La primera aparición de Elisa Carrillo, ataviada en rojo, fue junto con Marcelo Gomes (Semperoper Dresden Ballett), quienes en el pas de deux del ballet “Amorosa”, realizaron un baile sensual pero delicado, como los pétalos luminosos que caían en la pantalla gigante detrás de ellos, al ritmo de Antonio Vivaldi. Enseguida otra mexicana hizo su aparición, Katia Carranza (Miami City Ballet), acompañada de Dinu Tamazlacaru (Semperoper Dresden Ballett) cuyos saltos asombraron al público; la pareja tuvo como fondo un hermoso jardín para la pieza “Tarantella”, el cual contrastó con sus trajes azulados.

El drama en “Le Parc” lo protagonizaron Kristina Shapran y Timur Askerov, ambos del Mariinsky Theatre Ballet, con coreografía de Angelin Preljocaj y música de Mozart, que mostraron una gran fuerza en el escenario de un recinto lleno. Los ángeles de la pintura proyectada en la pantalla cobraron vida con los cubanos.