Como en todo Pueblo Mágico, una visita a Real de Asientos comienza por su centro histórico. Desde la Plaza Principal sale un pequeño tren turístico conocido como “El Piojito”, que recorre los edificios emblemáticos del lugar, que no son pocos y tienen qué ver la mayoría con el ámbito religioso. Este pequeño tren, de pequeños vagones jalados por un tractor, comenzó a operar desde la primera mitad del siglo XX, pero se dedicaba a transportar los minerales obtenidos en la Mina Santa Francisca hasta la Estación San Gil.
La primera parada es el Santuario de Guadalupe, una hermosa e imponente construcción de cantera rosa y amarilla, que data del siglo XVIII y en cuyo interior existe una interesante colección de arte sacro sobre Jesús y sus Doce apóstoles, pintadas por el artista vernáculo Teodoro Ramírez. Más arte pictórico puede ser admirado en el panteón continuo al santuario, pues en sus bardas hay murales realizados por artistas locales, con temas alusivos al Día del Juicio Final.
Este cementerio es el más antiguo de Aguascalientes, pues se construyó a mediados de los 1700 para hacer frente a una epidemia de gripe que diezmó gravemente a la población.
A unos pasos del centro, en la Plaza Juárez se encuentra la Parroquia de Nuestra Señora de Belén, que más que por su arquitectura, llama la atención por una de las imágenes que se veneran en ella: una representación de Cristo de más de 400 años de antigüedad, hecho con partes humanas articuladas, como cráneo, cabello, dientes y costillas. El templo, de estilo neoclásico, se compone de tres naves, cuyos tamaños, forma y orientaciones forman la figura de la cruz latina. Además, en su campanario se encuentra la campana más antigua de Aguascalientes, traída de Europa en los 1600.