Los competitivos Dodgers deben atender su único defecto visible

Recientemente David Ross recordó una conversación con Theo Epstein ocurrida en el otoño de 2016, sobre el cambio de los Cachorros por Aroldis Chapman. En el medio de esa temporada, con Chicago sosteniendo una gran ventaja en la División Central de la LN, Epstein canjeó a su estelar prospecto Gleyber Torres y otros a los Yankees por Chapman, y en el momento en el que Epstein hizo la transacción, quedaron claros los motivos: Esto fue un cambio hecho para ganar la Serie Mundial. Nada menos que eso.
Epstein le dijo a Ross que la única manera en que se habría sentido bien cambiando a Torres sería si los Cachorros ganaban el campeonato.
Chapman brilló en su corto tiempo con los Cachorros, y aunque el zurdo se mostró cansado tras una gran carga de trabajo y tuvo problemas en el épico Juego 7 de la Serie Mundial, el equipo ganó su primer cetro desde 1908, y Chapman, el receptor Ross y el gerente Epstein cimentaron sus lugares en la historia de Chicago. Lo que nos lleva a los Los Angeles Dodgers del 2019, un gran equipo con un cuerpo de abridores excepcional, una buena defensa y una gran ofensiva.