A la mayoría de los diputados les falta una enorme carga de conocimientos
Asimila la ciudadanía a los diputados como ignorantes y corruptos, ignorantes porque ha quedado demostrado que les falta a la mayoría una enorme carga de conocimientos para desarrollar su actividad.
Y este concepto que tiene la población de los diputados no es nuevo en México ya desde la década del 50 el maestro politólogo Jesús Reyes Heroles decía que el pueblo calificaba como lo peor del funcionario público a los diputados.
En San Luis Potosí difícilmente habrá quien intente defender su prestigio después de todas las torpezas y transas que han demostrado. Recordemos tan sólo como una muestra a la llamada “ecuación corrupta” en donde estaban involucrados aproximadamente 15 legisladores de casi todos los partidos políticos.
Esta llamada “ecuación corrupta” se dedicaba de manera sistemática en complicidad con la Auditoría Superior del Estado a “limpiar” las cuentas públicas de los Ayuntamientos en donde se había desviado el recurso y no se podía demostrar su correcta aplicación.
Los diputados del Congreso local con apoyo de sus asesores acomodaban las cifras y buscaban “explicaciones” para justificar los gastos, después de haber limpiado las cuentas públicas exigían un porcentaje a los presidentes municipales y si éstos protestaban porque era muy alto explicaban que tenían que repartir dicha cantidad entre la junta de coordinación política y la auditoría superior del Estado.
La denuncia a través de los medios y por parte de algunos presidentes municipales se hizo desde junio de 2017 y hasta la fecha ni siquiera han sido llamados por la fiscalía para declarar, algunos de ellos ya ocupan otros cargos públicos, algunos lograron esconderse tras el fuero constitucional.
Pero dentro del currículum del Congreso local también están las acciones cometidas de manera directa en contra de la población: de alguna manera obtenían copias de la credencial de elector de determinadas personas para elaborar suplicantes peticiones de recursos económicos para determinadas actividades como reconstrucción de sus casas, compra de tinacos para almacenar agua, despensas para sus comunidades que estaban en situación sumamente precaria, apoyo para comprar medicamentos.
Desde luego la junta de coordinación política les autorizaba estas cantidades que eran entregadas por la Oficialía mayor a través de cheques los que cobraban los propios diputados sin entregar ni un centavo a las personas de las que habían obtenido los datos.
El cinismo no llevarlo al extremo de elaborar cartas de agradecimiento al diputado que les había realizado la “gestión” para beneficiarlos.
Por esto y más acciones deleznables los diputados tienen este prestigio entre la población.