Después de que el techo y la torre de la catedral parisina sufrieran daños en el incendio, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que estaba abierto a un “gesto contemporáneo” al reconstruirlo “más hermoso que antes”, mientras el primer ministro, Edouard Philippe, pidió una nueva aguja “adaptada a las técnicas y los desafíos de nuestra era”.
Las ideas, al igual que los millones de euros para la reconstrucción, llegaron desde todas partes. Una semana después del incendio del 15 de abril, la firma francesa Studio NAB propuso un techo de invernadero gigante; otros sugirieron un parque o terraza o incluso un bosque junto con una aguja lisa o de vidrio o metal.
El arquitecto británico Norman Foster, por ejemplo, sugirió una aguja en forma de pirámide en cristal y acero inoxidable. Sin embargo, es poco probable que agraden a los tradicionalistas, que quieren que la catedral gótica del siglo XII completa con la aguja del siglo XIX de Eugène Viollet-le-Duc se restituya como estaba.
“No estamos obligados a reconstruir de manera idéntica”, dijo el arquitecto Alexandre Chassang, quien diseñó una propuesta para una aguja de vidrio