El voraz avance del supremacismo, violencia en Estados Unidos

El joven que el pasado 27 de abril atacó con fusil de asalto una sinagoga en San Diego, California, podría ser condenado a muerte para sentar un precedente de sanción a la creciente violencia de supremacistas en Estados Unidos.

John Earnest, de 19 años de edad, enfrenta la pena capital o, mínimo, la cadena perpetua por 109 cargos federales, todos por racismo, entre ellos uno por homicidio con agravantes, además de otros 53 por intento de asesinato con agravantes.

Además, en una corte estatal también podría enfrentar la pena de muerte, antes de que quede abolida como ha pedido el gobernador de California, Gavin Newsom.

El fiscal federal, Shane Harrigan, dijo a Excélsior que las autoridades consideraron el número de disparos que el joven tenía en el fusil AR-15 al momento de la agresión.

De ese total de tiros, Earnest disparó suficientes para matar a una persona y herir a tres más antes de que el fusil se le atascara.

Su intención era matar al mayor número posible de personas en la sinagoga, pero su arma se trabó” y era la única que llevaba en el ataque.

Autoridades federales descubrieron el móvil del ataque en un mensaje que el joven supremacista publicó en redes sociales poco antes de acudir, con chaleco antibalas, a la sinagoga ubicada en el vecindario Poway.

Hace dos años otro supremacista atropelló a una multitud que protestaba contra neonazis en Charlottesville, Virginia, y enfrenta 30 cargos federales también por violencia basada en intolerancia racista.

Pero a diferencia del atacante de la sinagoga, el que usó el auto mató a una joven e hirió a otras 29. Las autoridades en ese caso dejaron de considerar las muertes potenciales del atropellamiento masivo y eso es distinto ahora en San Diego.

De acuerdo con el fiscal, Earnest trató de matar a por lo menos 60 personas.

El rabino que oficiaba la ceremonia durante el ataque, Yisroel Goldstein, intentó tranquilizar a Earnest. El religioso extendió sus manos hacia el atacante, quien le disparó y lo hirió en una de las manos. Cuando el agresor iba a tirar de nuevo, una amiga del rabino se interpuso y recibió un disparo que momentos después le quitó la vida.

Goldstein explicó a este diario las razones por las que en el caso de la sinagoga y de que Earnest también intentó quemar la mezquita El Árbol de la Vida del vecindario de Escondido pueda enfrentar mayores sanciones.

Tenemos que pedir la aplicación plena de la ley para que esto ya no vuelva a ocurrir en ningún lugar, en ningún otro momento”, dijo el rabino al regresar de Washington.

Mire cómo va la sociedad”, indicó el rabino, “si no lo detenemos, con la ley en la mano, no sé a dónde vamos a parar, pero va a ser lamentable”.

El caso de Earnest no es aislado. La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) informó que actualmente averigua más de 850 casos de terrorismo doméstico, es decir, planes de actos terroristas de parte de estadunidenses, dentro del territorio nacional.

De acuerdo con el FBI, la mayoría de los casos de terrorismo doméstico que investiga se relacionan con grupos supremacistas blancos, pero en realidad son supremacistas de todo tipo.

Las autoridades ejemplifican el terrorismo doméstico con el caso de Timothy McVeigh, un miliciano supremacista que en 1995 estalló en un edificio federal en Oklahoma un explosivo que mató a más de 200 personas. En el inmueble había una guardería.

La corriente supremacista supone que el tono más claro en la piel significaría superioridad intelectual y física. También establece que la raza blanca está en riesgo de extinción y debe prevalecer mediante la discriminación y la violencia.

Las autoridades consideran que el joven que atentó contra la sinagoga y la mezquita en San Diego el mes pasado se adoctrinó en internet. Sus padres publicaron una carta abierta en la que lamentan los hechos y afirmaron que su hijo John fue educado con los mismos preceptos católicos que sus hermanos.

La diferencia, de acuerdo con la subprocuraduría, fue que John Earnest visitó cada vez con mayor frecuencia un sitio supremacista neonazi llamado 8chan, en el que el número representa la octava letra del abecedario, la “h”, que el grupo repite para un saludo como el de los nazis a Adolfo Hitler.

Horas antes de perpetrar el ataque en la sinagoga, Earnest escribió en ese sitio web: “Sólo he estado aquí durante un año y medio, pero lo que he aprendido no tiene precio. Ha sido un honor”. Luego se fue a disparar a los judíos.