Desaparecer déficit

• Creciente déficit del sector público heredado de administración pública federal de Enrique Peña Nieto (2012-2018) que equivale a la mayor pérdida acumulada en el presente siglo de -10 billones 408 mil 771.2 millones de pesos

• Ingresos de presente administración federal en México, ascenderán a 5 billones 838 mil 059.70 millones de pesos con una recaudación promedio de 15 mil 994.68 millones de pesos diarios que será la mayor de las finanzas públicas en nuestro país.

El creciente déficit del sector público fue la característica principal en la economía mexicana durante la pasada administración pública federal 2012-2018 de Enrique Peña Nieto, resultado del balance presupuestario negativo al superar los gastos a los ingresos públicos, lo cual equivale a la mayor pérdida acumulada en el presente siglo de -10 billones 408 mil 771.2 millones de pesos, sin considerar mínimamente las aportaciones económicas para desaparecer el déficit público de Garavito Armero.
Julio Garavito Armero (Bogotá 5 de enero de 1865-Bogotá 11 de marzo de 1920) fue un astrónomo, matemático, economista e ingeniero colombiano. Sus investigaciones contribuyeron al desarrollo de las ciencias en Colombia durante el siglo XIX. Es comparado habitualmente con dos importantes científicos neogranadinos del siglo XIX, José Celestino Mutis y Francisco José de Caldas. En su honor uno de los cráteres lunares del lado opuesto al visible desde la tierra, fue bautizado con su nombre en el año 1970.
Hijo de Hermógenes Garavito, un comerciante de la ciudad y de Dolores Armero, nació en el seno de una respetable familia de origen santafereño. Tuvo que trabajar desde muy joven para poder subsistir, debido a los escasos medios económicos de su familia, pues su padre realizó algunos malos negocios que, además de acabar con gran parte de su fortuna, lo llevaron a la tumba.
Aficionado desde muy joven a las matemáticas, a los diez años acudía al Colegio Mayor de San Bartolomé, donde realizó sus estudios bajo la tutela laica y el estímulo del matemático Manuel Antonio Rueda Jara, autor de la aritmética, el álgebra y la contabilidad que se dictaban entonces, allí mostró sus claras inclinaciones hacia las ciencias matemáticas y astronómicas. A los once años calculó su primer almanaque y, a manera de divertimiento, se planteaba y resolvía originales problemas geométricos. Luis María Lleras, uno de sus profesores, lo calificó desde joven como promesa para las matemáticas.
Allí se graduó como bachiller en Filosofía y Letras, en 1884. Pero en 1885, a la edad de 20 años, interrumpió sus estudios a causa de las numerosas guerras civiles que azotaron el país. Pese a vivir en una turbulenta época, finales del federalismo e inicios de la Regeneración, Garavito no se interesó por la actividad política y no participó en ninguna guerra civil. Entre 1885 y 1887 se dedicó a trabajar para poder subsistir, y a profundizar por su cuenta sus conocimientos matemáticos. Al término de dos años de espera, pudo comenzar sus estudios, en la reabierta Facultad de Ingeniería, bajo la dirección de Rafael Espinosa Escallón.
Ya estudiante, Julio Garavito trabajó como Ensayador de la Casa de la Moneda en Santafé de Bogotá. Allí descolló especialmente en cálculo infinitesimal y astronomía, en mecánica racional y análisis, y tuvo como profesor más cercano a Rafael Nieto París. Obtuvo sus estudios de matemático y de Ingeniero Civil en la Universidad Nacional de Colombia. Garavito es, hasta donde se conoce información documentada, el primero en graduarse como profesor de matemáticas.
En 1890, un año antes de terminar, Garavito publicó su primer trabajo en la revista Anales de Ingeniería, la cual, en años sucesivos, siguió publicando otros trabajos del científico y de la que fue su director desde 1897. Garavito Armero terminó sus estudios de ingeniería en 1891, con la tesis de grado «El juego de la aguja» Era una manera de calcular el número pi a través de la probabilidad. Se trazan unas líneas paralelas equidistantes en un papel, se lanza una aguja de cierta dimensión y se van contando las veces que esta corta las líneas. Ese número, que relaciona las veces que se lanza la aguja con las que corta alguna de las líneas tiende al número pi.
Con anterioridad había conseguido la licenciatura en matemáticas. Presentó una segunda tesis que consistía en calcular en un manómetro todas las posibilidades matemáticas que tiene este instrumento. Finalmente, para optar al título de Ingeniero Civil elaboró un tipo de estructura triangular para construir puentes.
En 1892 Garavito Armero fue nombrado director del Observatorio Astronómico, cargo que comenzó a ejercer en 1893, aunque las guerras civiles de 1895 y la de los Mil Días (1899-1902) impidieron que tanto la Escuela de Ingeniería como el Observatorio tuvieran un normal desempeño. A partir de su vinculación a la Escuela de Ingeniería y a la dirección del Observatorio, Garavito Armero pudo dedicarse con relativa tranquilidad a reflexionar e investigar ordenadamente, pues tenía la estabilidad económica que necesitaba.
Durante la Guerra de los Mil Días, Garavito fue parte de una sociedad secreta y científica llamada El Círculo de los Nueve Puntos, donde para entrar debía resolver un problema original del Teorema de Euler. El grupo funcionó hasta la muerte del propio Garavito. Curiosamente, tenían por costumbre hacer tertulias científicas bebiendo café.
En 1902 propuso al gobierno un plan para que el Observatorio realizara la carta de Colombia, con métodos astronómicos, partiendo de la latitud de Santafé de Bogotá. El proyecto fue aprobado y se creó la Oficina de Longitudes, bajo la dirección de Garavito. Esta entidad se encargó de delimitar las fronteras del país y de publicar mapas generales y regionales de Colombia. Por lo que intervino decisivamente en la elaboración del mapa geográfico de Colombia, recurriendo a ingeniosos procedimientos que reemplazaban la ausencia de vértices geodésicos mediante el uso de vértices astronómicos, referidos y fijados por coordenadas a las ciudades y poblaciones más importantes del país y recurriendo a cambios de señales entre el Observatorio Astronómico y las estaciones telegráficas de cada una de tales poblaciones.
Como astrónomo del Observatorio, del que fue director durante 27 años, realizó numerosos descubrimientos útiles, tales como la ubicación latitudinal de Bogotá, los estudios de los cometas que pasaron por la Tierra entre 1901 y 1910, este último, el Halley. En 1916 viajó a Puerto Berrío, Antioquía en compañía de Jorge Álvarez Lleras, para estudiar un eclipse total de sol. Los problemas de física matemática que resolvió Garavito tienen que ver con la dinámica de los electrones de Augusto Righi, y con la relatividad de la teoría respecto a la óptica y la aberración de la luz de David Gill. Con tales experimentos, Garavito logró demostrar que así como existían tres geometrías planas, existían otras mecánicas no newtonianas para estudiar un eclipse de sol, visto en buena parte de Colombia. Su aporte más importante fue el estudio de la Mecánica celeste, que finalmente se convertiría en el estudio de las fluctuaciones lunares y su influencia en los comportamientos temporales, climáticos, hídricos y de los hielos polares, así como el análisis de la aceleración orbital terrestre, asunto que sería corroborado después.
También trabajó en áreas como la física óptica, labor que quedó inconclusa a su muerte; y la economía, gracias a lo cual ayudó a recuperar a su país de la guerra civil que pasó por su época, dando al papel moneda valor efectivo y no convencional. Para ello, realizó conferencias y congresos de economía, además de estudiar los ciclos de la riqueza y las influencias humanas que afectan la economía, tales como la guerra o la sobrepoblación.
Posteriormente, fue jefe de la Comisión Corográfica, creada con el fin de promover el desarrollo de los ferrocarriles colombianos y la delimitación de la frontera con Venezuela.
Como docente, Garavito fue profesor de cálculo, mecánica racional y astronomía, cátedras que conservó hasta su muerte. A partir de sus investigaciones matemáticas y astronómicas, Garavito también escribió, desde 1906, ensayos sobre economía política y crítica filosófica, dentro de un marco spenceriano evolucionista. Entendió la filosofía como un producto de las ciencias positivas, a la manera de Descartes y siguiendo la tradición de Leibniz.
La Asamblea General de la Unión Astronómica Internacional (UIA), reunida en Moscú (Rusia) en 1958, inició el proceso de nomenclatura de los accidentes y detalles que ya se iban conociendo del lado opuesto de la Luna, el que nunca se ve desde la superficie de la Tierra.
Ya para el inicio de la década del 70, los innumerables detalles de esa otra cara de la Luna exigieron una consulta a nivel mundial para proponer nombres, de manera que el Observatorio Astronómico Nacional envió una lista, de la cual fue escogido el nombre de Garavito, cuyo trabajo sobre la Luna había sido citado por Brouwer y Clemente en “Methods of Celestial Mechanics”, en 1961.
El nombre de Garavito fue aceptado durante la reunión de la UIA celebrada en Brighton, (Inglaterra), en 1970, y le correspondió un cráter del lado de la Luna oculto a la Tierra, situado en las coordenadas selenográficas de latitud 48° al sur y 157° de longitud oriental. Para ese entonces era el único latinoamericano con ese honor.
En su época de juventud, antes de ingresar a la Facultad de Ingeniería, y aún siendo estudiante, Garavito simpatizó con algunos puntos de la Regeneración impulsada por Rafael Núñez; en particular, lo seducía el sistema centralista y la fundación de un Banco Nacional, pues consideraba que estos elementos eran básicos para el Estado y su importancia en las sociedades modernas. Años después, se preocupó por estudiar las fluctuaciones del cambio y la desvalorización del papel moneda; no era partidario de la disminución del gasto o de la economía fiscal para desaparecer el déficit, sino del aumento de las entradas. Sus ideas fueron inspiradas por un riguroso análisis matemático.
Los ingresos previstos en el primer año de la presente administración federal en México, ascenderán a 5 billones 838 mil 059.70 millones de pesos, lo que significa una recaudación promedio de 15 mil 994.68 millones de pesos diarios, misma que será la mayor en la historia de las finanzas públicas en nuestro país.
El alcanzar la meta de ingresos anual, consiste en incrementar la base del padrón de 65 millones 831 mil 083 contribuyentes en el sexenio de Enrique Peña Nieto en febrero de 2018 a un padrón actualizado de 72 millones 711 mil 380 contribuyentes al cierre de mes de febrero en la actual administración pública federal, resultando un crecimiento anualizado de 10.45 por ciento con la prospectiva que se permitirá incrementar los ingresos públicos en el ejercicio fiscal del 2019.
Es importante destacar que el equilibrio fiscal requiere combatir la excesiva corrupción, abatir el robo de hidrocarburos, eliminar las megadevoluciones, recuperar los adeudos fiscales, aplicar una política de cero endeudamiento y baja inflación, aparejada a una estrategia de crecimiento económico para incrementar la inversión, promover el empleo e incrementar la producción, así como mejorar las condiciones de vida y bienestar social, sin elevar impuestos ni crear impuestos nuevos y protegiendo a las micro, pequeñas y medianas empresas de impuestos altos en los ejercicios fiscales 2019-2024.