Final agridulce para Crawford

Fue una de esas noches donde el boxeo debió terminar agradecido. Una cartelera previa con peleas emotivas y una batalla estelar que para Terence Crawford parecía la noche soñada. Encabezada una fiesta de boxeo en el templo del boxeo (MSG), ante un rival (Amir Khan) que le permitiría lucirse y con la certeza de que iniciaría la semana como el nuevo mejor Libra x Libra del planeta.
Durante los cuatro primeros episodios el show respetaba el guion previo y la pelea respondía cabalmente a sus expectativas. Dos rivales de mucha inteligencia boxística entregados temprano a la acción e imprimiendo a la pelea un ritmo tan acelerado como inesperado.
No hubo especulación ninguna, Crawford mandó a la lona a su rival apenas en el primer asalto y pudo liquidar el pleito allí mismo. No le alcanzó el tiempo y el británico sobrevivió. Y cuando esperábamos que la historia no pasara del segundo round, apareció el boxeo de Khan para recuperar terreno perdido. En ese segundo episodio, hasta colocó buenos golpes, resistió castigo y en más de una ocasión logró romperle la distancia a Crawford, para conectarlo u obligarlo a retroceder.
Al tercero, el campeón debió cambiar de derecho a zurdo su postura, señal que el ímpetu de Khan lo estaba incomodando. Ese cambio estratégico, habitual en Crawford, desorientó al británico que en el cuarto round debió soportar nuevamente castigo. Es posible que ya estuviera lastimado desde la caída, o viera demasiado superior a su oponente. Quizás consideró que había cumplido con su cuota parte del show o simplemente sabría que, como lo vaticinaron la mayoría de los expertos de boxeo, “no pasaría del sexto o séptimo asalto”.
De acuerdo con la repetición de la transmisión televisiva, si bien el golpe es bajo, no impacta en la zona más dolorosa. Además, fue el primero que recibía y no es una insistencia utópica.