El Atlético de Madrid vuelve a quedarse con lo puesto para hacer frente a la recta final de la campaña. El año ha sido “difícil” para el equipo rojiblanco, reflexionó Diego Simeone tras el entrenamiento del viernes, pues desde el inicio se ha dedicado a “solucionar” problemas.
Y la víspera del encuentro de éste sábado ante el Celta no ha sido la excepción. Las lesiones y las sanciones han vuelto a dejar a Diego Simeone sin suficientes efectivos y nuevamente tendrá que recurrir al filial ya que solo 14 hombres del primer equipo están disponibles para disputar el encuentro. Ni uno es central.
El capitán Diego Godín ha sido el último en caer. Un edema fascial en la parte posterior de un muslo le impedirá disputar el encuentro, al lado de los también lesionados Stefan Savic, quien padece una contractura muscular, su quinta lesión en lo que va de la temporada, y Thomas Lemar, que suma ya dos partidos sin jugar por una rotura muscular.
Tampoco podrá contar con José María Giménez, Thomas Partey y Diego Costa, por sanción, mientras Lucas Hernández, ya ni siquiera cuenta como parte del plantel. No volverá a jugar esta temporada tras ser operado por un problema en la rodilla y la próxima vestirá la camiseta del Bayern Munich.
Álvaro Morata, por su parte, está disponible pero entre algodones tras recuperarse de un esguince en un tobillo.
Así, Simeone tendrá que enviar a la cancha un equipo de emergencia. El técnico tiene un problema en defensa y solo dos opciones para solucionarlo; o bien enviar a la cancha al argentino de 18 años, Nehuén Pérez, aún por debutar, al lado del jugador del filial Francisco Montero, para formar la pareja de centrales, o recurrir al ‘comodín’ Saúl Ñíguez.
El técnico no tiene mucho más para el resto de la cancha que Oblak en su puesto habitual en la portería, Juanfran y Filipe en los laterales, Vitolo, Koke, Saúl y Rodri en la media, y la pareja de ataque formada por Griezmann y Morata.
