La importancia de hidratarse a la hora de hacer deporte

Hacer actividad física a diario es crucial para el buen mantenimiento del cuerpo; es una herramienta básica en cuanto a salud se refiere. Si alguna vez hemos hecho alguna apuesta deportiva, entonces habremos tenido en cuenta cualquier factor que afectase a un equipo o a un determinado jugador; por ejemplo, al usar un bono de Betfair España. Y el hecho de que un jugador esté o no correctamente hidratado puede marcar la diferencia a la hora de jugar.

Para que una persona esté sana, para que pueda realizar las actividades físicas más exigentes, será crucial que se alimente de forma equilibrada y que se hidrate de la mejor manera posible.

A medida que vayamos haciendo ejercicio, iremos sudando y esto hará que nuestro organismo necesite de una mayor cantidad de agua. Llegados a este punto, es importante estar en contacto con un nutricionista experto que pueda recomendarnos una dieta variada, de calidad y equilibrada según la exigencia física a la que sometemos a nuestro cuerpo. Pero nunca hay que olvidar que también es crucial controlar lo que bebemos, y la frecuencia con la que lo hacemos.

Todo lo que hay que sopesar en la hidratación deportiva

En condiciones normales, un adulto necesita consumir unos 2 litros de agua al día. Esta cantidad de agua puede ser muy superior en el caso de que estemos hablando de condiciones adversas (por ejemplo, que haga mucho claro), y si la actividad física a la que nos hemos sometido es más intensa.

Hay muchos factores que pueden interferir en las cantidades que vamos a ingerir, como puede ser el tipo y la duración de la actividad física. También se deben tener en cuenta las características propias del ambiente, así como las particularidades que se refieren a cada persona.

Ten presente que más de un 60% del cuerpo está formado por agua. Al hacer cualquier tipo de actividad física, gran parte de esta cantidad de agua será evacuada a través del sudor, por lo que habrá que beber agua antes del entrenamiento, después e incluso, si la actividad es muy intensa, durante el mismo.

Cada actividad hará que el organismo pierda una cierta cantidad de agua: por ejemplo, correr hará que el cuerpo pierda una media de 1.8L de agua. En una actividad de natación se puede perder hasta 0.5L, 1.5L una vez que hayamos jugado un partido de fútbol, 1.8L después de una hora de tenis, etc.

Nunca debemos olvidar que las necesidades de hidratación también dependerán de cada individuo, así como de sus características individuales, como puede ser el sexo, edad, intensidad, la duración de la práctica deportiva, la humedad del ambiente, el tipo de ropa, tasa de sudor individual.

Si tenemos en cuenta estas consideraciones, evitaremos deshidratarnos.