En el país existen más de 500 conflictos socio ambientales

Michel Hernández, de la Alianza contra el Fracking, describió que su acercamiento a este movimiento en primer lugar se dio como una cuestión académica, pero partiendo de una postura crítica hacia los métodos tradicionales inculcados desde la misma academia, asumiendo la antropología desde una perspectiva de colonial en el sentido de hacer una función de coordinación con las organizaciones que se encuentran en lucha por la defensa de su territorio.

Señaló que más allá del trabajo académico es necesario integrarse a un proceso de apoyo y acompañamiento a estas formas de lucha pero que también es importante estructurar un marco teórico al proceso de profundización del capitalismo neoliberal, el cual se encuentra fundamentado en la acumulación por despojo, que a su vez es la continuación de la acumulación originaria, que es la etapa que actualmente estamos viviendo en prácticamente todo el territorio nacional.

Indicó que obviamente está forma de acumulación de ganancias se encuentra vinculada a un modelo extractivo que lo que hace es despojar de los mal llamados “recursos naturales” a las comunidades y a sus territorios, subrayando que al utilizar el concepto de “recursos” refiriéndonos a la naturaleza, se le asigna a esta una carga de valor económico que conduce inevitablemente a su explotación, reproduciendo con esto un patrón esencialmente capitalista.

Resaltó que dentro de las luchas a nivel latinoamericano existe toda una familia de movimientos sociales cuya principal característica es la emergencia del actor indígena, así como de las mujeres.