El kit Labo VR de Nintendo es la mejor forma de introducir a tus hijos a la programación

  • Con sus dos primeros kits, Nintendo ya sacó un gran partido a un material sacado casi del contenedor de reciclaje.

Ahora, el nuevo kit de cartón Labo VR, además de añadir una nueva dimensión al arsenal de la Switch —cuyos diseños nos permiten hacer pájaros de cartón, elefantes y mucho más— supone una incursión bastante ambiciosa para la compañía.

Por lo general, el kit de Nintendo VR es similar a las versiones anteriores de Labo. El kit completo cuesta $80 y viene con nuevo software y una variedad de modelos de cartón con instrucciones paso a paso diseñados para que los utilices junto con el juego. Pero al añadir el VR a la mezcla, parece que Nintendo realmente ha conseguido expandir los límites de su universo de cartón.

Tengo que reconocer, con todo respeto a la Switch, que no estaba del todo seguro de que pudiese manejar la realidad virtual. Incluso cuando la lanzaron en la primavera de 2017, el procesador Tegra X1 de la Switch ya tenía un par de años. Si a eso le sumamos una pantalla justita de resolución (1280×720) y una especie de versión extra grande del Google Cardboard, podía parecer un gran riesgo.

Pero, una vez más, Nintendo ha demostrado que puede hacer magia incluso con los recursos más limitados. Sí, el Labo VR Kit tiene un efecto puerta en la pantalla bastante notable, que te permite poder ver el espacio entre los píxeles en la pantalla. Pero eso es algo con lo que todos los móviles tienen que lidiar si quieren aprovechar el VR, no solo Nintendo.

Todos los elementos visuales del kit VR funcionan con fluidez, y al aprovechar los sensores de movimiento que tienen los Joy-Con, el movimiento de la cabeza y de las manos se traslada bastante bien a la realidad virtual. (No te preocupes si la realidad virtual no es lo tuyo, porque todos los juegos también se pueden jugar en 2D, e incluso la Switch te dirá automáticamente qué vista te conviene en función de si escoges el headset VR o el modelo básico sin las gafas incorporadas).

Configurarlo todo también es bastante simple. Después de construir los distintos modelos de cartón, lo único que tienes que hacer es deslizar la Switch en el marco del headset de cartón, elegir con qué modelo quieres jugar y listo. La principal diferencia entre el VR de Nintendo y los headsets similares es que, como no hay una banda ni una correa para sujetarlo a tu cabeza, tendrás que sostenerlo tú sobre tu cara en lugar de tenerlo atado. Esto puede ser una ventaja a la hora de tratar de encontrar el punto exacto a donde quieres mirar.

Cada modelo de cartón tiene un juego creado específicamente para aprovechar sus características. Mi favorito fue el Toy-Con Blaster, que me recordaba mucho al Super Scope de los años 90, con el que tenías que destruir pequeños alienígenas con tu arma. Y aunque no tuve la oportunidad de construir el modelo yo mismo, me impresionó mucho el sofisticado mecanismo para sujetar el blaster. Incluso te da una especie de feedback táctil gracias al inteligente uso de las gomas y un gatillo mecánico sorprendentemente satisfactorio.

Luego está el Toy-Con Bird, que te hará apretar físicamente los laterales del modelo de cartón para hacer que las alas aleteen y poder controlar tu altura a la vez que mueves al pájaro moviendo la cabeza. ¿Tu misión? Volar por el mapa recolectando fruta y reclutando nuevos amigos para que se unan a tu bandada.

En cambio, la cámara Toy-Con ofrece una experiencia más relajada, que te permitirá explorar el océano a la vez que vas completando objetivos y sacando fotos de la fauna. Incluso puedes girar el tubo de la parte frontal de la cámara como si fuera el zoom para sacar una foto más de cerca. No pude evitar desear que aplicasen esta misma experiencia a una versión remasterizada de Pokemon Snap.

Luego está el Toy-Con Wind Pedal, que seguramente sea el más simple de todos los modelos, aunque quizás el más intenso. Se utiliza junto con el auricular VR estándar para jugar a un juego en el que el objetivo es ayudar a una rana a saltar hacia el espacio exterior. La parte ingeniosa de todo esto es que cuando pisas el pedal para saltar, el ventilador que hay en el extremo del pedal sopla una ráfaga de viento sobre tu cara, lo que le añade un nivel más de intensidad a un juego más simple.

Pero el modelo que más ha sabido aprovechar su potencial es el Toy-Con Elephant, que parece más una versión 3D moderna del Mario Paint que un juego a la vieja usanza. Al mover tu cabeza y la trompa del elefante, puedes dibujar y esculpir cosas en 3D. Incluso puedes coger tus creaciones y transferirlas al kit Labo VR: The Labo Plaza and Garage.

The Plaza es un grupo de 64 minijuegos diferentes que van desde un juego de fútbol hasta un juego de carreras. Cada juego tiene una pequeña dosis de diversión, pero el verdadero poder de estos juegos es cómo se relacionan con Garage, el juego de Labo para trastear con tus propias creaciones.