Con la capacitación de Naciones Unidas, estancias infantiles detonaron el desarrollo infantil, la inclusión social y las expectativas de los padres de llevar a niños con discapacidad a una escuela regular.
Hoy, de acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México, la mitad de la estancias infantiles son inclusivas como resultado de la iniciativa Modelo de Atención y Cuidado Inclusivo (MACI) que ha capacitado a cinco mil 880 responsables de estancias ubicadas en 699 municipios de 19 estados del país.
Según estudios del PNUD al menos unos diez mil niños con discapacidad eran atendidos hasta 2018 por el Programa de Estancias Infantiles.
Sin embargo, sólo cinco mil 500 niños tenían una discapacidad oficialmente reconocida, principalmente motriz, intelectual y múltiple, y recibían, por ello, el apoyo financiero diferenciado correspondiente; es decir, mil 800 pesos mensuales, en lugar de 950 pesos.
De acuerdo con datos del padrón de estancias, 30% de éstas brindan servicio a niños con discapacidad.
CAPACITACIÓN ONU
En 2015, a partir del diagnóstico de que en México 29% de la población de entre dos y nueve años tiene alguna discapacidad o está en riesgo de desarrollarla, con el financiamiento del Fondo de las Naciones Unidas para Promover los Derechos de las Personas con Discapacidad se comenzó a capacitar a las responsables y asistentes de estancias infantiles en el país.
Para 2017, la capacitación escaló hasta cinco mil 880 estancias infantiles ubicadas en 19 entidades.
Como resultado, de acuerdo con una evaluación de impacto realizada por el PNUD, en dichas estancias se logró incrementar 11% el índice de desarrollo infantil de los niños, lo que implica aspectos motrices gruesos, motrices finos, de lenguaje y de las habilidades sociales.
De manera paralela aumentó 10% el índice de inclusión social, que considera aspectos tales como si el niño es obediente y sigue instrucciones, tiene amigos preferidos en la estancia, es amable y cuidadoso con los demás niños y si tiene una relación de cariño con el personal de la estancia.
Además, creció 9.6% la expectativa de los padres de familia para inscribir a los niños con discapacidad en un sistema de educación regular al salir de la estancia.
El Modelo de Atención y Cuidado Inclusivo ofreció capacitación y materiales educativos para el uso de las cuidadoras, permitiendo que se formaran en temas como intervención temprana inclusiva, respeto a la diversidad, retos del sano desarrollo infantil, detección temprana de alteraciones en el desarrollo, planeación inclusiva de actividades lúdico-educativas y accesibilidad pedagógica, así como en la conformación de redes de apoyos comunitarias y especializadas para el cuidado y la atención integral a niños con discapacidad.