La pianista Gabriela Ortiz ingresa a la Academia de Artes

La compositora y pianista mexicana Gabriela Ortiz, ingresó como miembro de número a la Academia de Artes, en un acto oficial que se llevó a cabo la tarde del sábado en la sala Manuel M. Ponce, del Palacio de Bellas Artes, donde el reconocido compositor Mario Lavista le dio la bienvenida.

En su discurso de ingreso, Ortiz se refirió a sus primeros acercamientos y estudios de música; así como a la práctica y los procesos de composición y experiencias creativas desarrolladas en los últimos 25 años; y a sus padres e historia personal, quienes influyeron y determinaron en su carrera desde pequeña, toda vez que su padre Antonio Ortiz fue fundador e integrante de la emblemática agrupación de Los Folcloristas.

“No existe una forma única de componer música, simplemente conviven diversos caminos donde cada uno tiene el derecho de encontrar su forma personal de expresión. La intuición y las afinidades estéticas y filosóficas definen el camino que buscan recorrer cualquier artista”, apuntó Ortiz.

Debido a mi bagaje latinoamericano, “el ritmo es parte de lo que soy”. “Mi acercamiento a la música y su relación con la tecnología, explicó Ortiz, “llegó gracias al compositor Javier Álvarez y una de las características más interesantes de mi experiencia con la música electroacústica se refiere a la manera en la que uno puede plantear diversos significados y contenidos metafóricos, mientras que en mis obras mixtas, es decir, para un instrumento en vivo y sonidos electroacústicos, abundó, la idea de manejar la parte tecnológica como una extensión del instrumento ha sido una constante fundamental en mi quehacer musical. A mi modo de ver, la tecnología otorga una infinidad de posibilidades sonoras y recursos musicales, que en muchos casos humanamente no serían posibles de ser reproducidos”.

Ortiz también se refirió al inconsciente del creador y sus propias experiencias de vida. Para el compositor Alejandro Cardona, apuntó la compositora: “La forma en que sentimos, miramos e interpretamos la historia de la música, ya sea como tradición, como peso psicológico o como referente estético, técnico o ideológico, siempre está tenia por la forma en que sentimos la realidad en la cual vivimos”.