Sergey Kovalev cobra venganza ante Álvarez

Sergey Kovalev dijo que demostraría que la derrota de agosto pasado fue simplemente un accidente y lo comprobó.

El ruso cobró venganza ante el colombiano Eleider Álvarez y recuperó el cetro Semicompleto de la Organización Mundial de Boxeo por la vía de los puntos la noche del sábado en el Ford Center de Texas.

Kovalev, quien se mostró fresco, enfocado, con buena condición física y buenos argumentos técnicos con James “Buddy” McGirt en la esquina, se llevó una justa decisión unánime a su favor con tarjetas de 116-112,120-108 y 116-112 en el evento estelar de la cartelera de Top Rank transmitida por ESPN+.

Kovalev no tuvo mayores problemas ante un Álvarez que quedó a deber al mostrarse lejos de ser aquél noqueador que sorprendió a propios y extraños al apagarle la luz al “Krusher” en siete episodios el año pasado, ya que esta vez estuvo muy amarrado de manos y ni siquiera tuvo algún chispazo que pudiera abrirle la puerta a otro triunfo.

Si bien Álvarez lanzó bien las manos a las zonas blandas en el arranque de la pelea, el boxeo cerebral del ruso le hizo perder pronto la brújula al sudamericano, quien no pudo ante el constante jab, el cruzado de derecha y ese entrar y salir que fue clave para que Kovalev corriera muy pocos riesgos y se encaminara a la victoria.

No hubo forma de que “Storm” Álvarez diera el cambio de timón, a pesar de que se notaba que era el hombre más fuerte en el ring, ya que un par de veces se dejó ir y logró sacudir la humanidad del ruso, pero no fue ni insistente ni tuvo a merced a su retador como para castigarle severamente.

Hacia el final de la pelea, McGirt le pidió a Kovalev mantener el enfoque y dedicarse a cuidar la ventaja que llevaba hasta entonces y “Krusher” no sólo no falló sino que cerró mucho mejor con fuertes combinaciones que impactaron el rostro del hasta entonces campeón.

Con este triunfo, el ruso mejoró su récord a 33-3-1 y 28 nocauts al sumar su tercer triunfo en sus últimos seis combates, mientras que Álvarez perdió el invicto y el campeonato al quedarse con una hoja de servicios de 24-1 y 12 cloroformos.

Sergey Kovalev ganó la revancha del todo o nada contra Eleider Álvarez y recuperó el cinturón OMB de las 175 libras que había perdido en abril del año pasado cuando fuera noqueado en el séptimo asalto por este mismo rival.

Fue otro Kovalev, fue otro Álvarez y fue otra pelea la revancha por el título semipesado. No hay duda que muchas cosas ocurrieron para que el ruso recuperara su título y le diera un nuevo aire a su carrera que llegaba moribunda a este combate.

El primero, nuevo entrenador de Kovalev, tuvo claro el camino de la preparación y la estrategia del combate. El segundo, entrenador del colombiano, no tuvo claro cómo debía preparar a su pupilo y careció de una estrategia adecuada. En definitiva, Krusher empezó a ganar la revancha cuando decidió ponerse en manos de un entrenador astuto y con la sabiduría necesaria para rescatarlo de su oscuridad deportiva.

La victoria de Kovalev fue justa, trabajada de manera impecable y demostró la importancia de que las buenas estrategias sean respetadas hasta en sus mínimos detalles como lo hizo el ruso.

También esta pelea demostró esa necesidad de combatir ese apagón presumible en un púgil como Alvarez que, seguramente, aflojó el enfoque luego de lograr una meta que por tantos años persiguió como ese cinturón de campeón. Le faltó visión a su esquina, no hay duda que hubo aspectos mentales y de concentración que tampoco se trabajaron.

Kovalev ha pasado en estos últimos años por una verdadera tormenta a contramano. Las dos derrotas contra Andre Ward, trajeron desorden a su vida, tanto afuera como adentro del ring y la derrota de la primera pelea contra Álvarez, pareció ser la bofetada final. De la que no podría ya recuperarse.

Perdió su boxeo, perdió su determinación y pareció perder también el poder de los puños.

En una palabra, tocó fondo a los 36 años y lucía misión imposible recuperarse. Pero recurrió a James “Buddy” McGirt y también a sus reservas anímicas.

Fueron cien días de campamento donde la primera tarea fue recuperar el físico, junto con la rebeldía y el poder mental. La estrategia vino después y los problemas de su vida privada, hubo un pacto para dejarlos fuera del gimnasio. El plan dio resultado.

En la noche de Frisco, Texas, vimos a un renacido Kovalev, determinado, concentrado en su boxeo, respetando su plan de pelea, sin dejarse ganar por la ansiedad y evitando errores de la primera pelea.

El primero, la efectividad de golpeo. Era una mejora esencial como lo marcamos en nuestras claves. Kovalev recuperó el acierto e increíblemente lo hizo sin bajar en demasía su volumen de golpeo, lanzó 816 golpes contra 369 apenas de su rival.

También el ruso ajustó el uso del jab, como lo había adelantado McGirt. Esa herramienta fue la otra base de su victoria, lo empleó de manera persistente, tan molesta como frustrante para su rival y que le permitió controlar la distancia del combate de principio a fin.

Esa fue la orden, pelear desde afuera, mantenerse activo con el jab y cambiarle el sentido del ataque de manera permanente al colombiano. Como dijo Buddy recurriendo a una vieja frase de Larry Holmes, “emborracharlo con el jab y luego tomarlo por asalto”.