De influencers a empresarios

A Alan Estrada no le gusta usar el término influencer porque cree que esa palabra define a un líder de opinión pero se ha estado usando muy a la ligera. “Se usa como si fuera una profesión y considero que este término va después de algo, por ejemplo después de ser actor, periodista o conductor. Influir en otras personas parece un privilegio y en realidad es una responsabilidad”, declara el titular del canal de YouTube Alan X el mundo, que tiene 8 años de existencia y 1.8 millones de suscriptores.

El actor explica que es un error creer que el ser influencer es una profesión, porque como toda moda, pasa y los que tenían su expectativa ahí, quedarán en la nada. “Las redes sociales son una ventana para lo que sabes hacer, cuando la gente dice: ‘quiero ser youtuber’, pues ser youtuber no es una profesión.

Usas esta plataforma para exponer tu profesión, porque si desaparece YouTubeencontrarás otra ventana. No considero que ser youtuber sea una profesión”. Un ejemplo es la colombiana Paulina Galindo, la creadora del canal Pautips, que antes de ser una influencer estudió la carrera de Administración de Negocios Internacionales en la Universidad del Rosario.

Su canal, que inició en 2012 como una forma de compartir su gusto por el maquillaje y hoy tiene más de 8 millones de seguidores, ha generado una línea de cosméticos, proyecto con el cual se graduó de la universidad y escribió un libro. “Mantenerte vigente en YouTube es un reto porque las audiencias cambian; es importante escucharlas y saber qué quieren, estar en constante conexión. Además de descubrir nuevas facetas, viajes, retos, todo lo que puedas hacer”, declaró Paulina.
Las redes sociales y plataformas han revolucionado la forma en que se transmite la información y ahora las estrellas no surgen en tv, cine o teatro. “Eso ha pasado siempre, sólo se mudó a otro medio. En los 90 la gente se quejaba de los cantantes pop que no aportaban. Ahora la queja es que cualquiera que grabe videos en su casa es famoso”, dijo Estrada. Famosos pero no tanto. Alan explica que dentro del mundo de los influencers pasa algo muy interesante: la existencia de las estrellas digitales por nicho, es decir, que sólo son conocidas por la gente que las consume, un ejemplo son Los Polinesios que llenan teatros y convocan a miles de personas pero sólo jóvenes.