La fortaleza de los Cruïlla, un palacio noble bajo la apariencia de castillo Templario

La Marina Alta es conocida por sus playas de agua cristalina, acantilados y calas de ensueño donde el mar y la montaña confluyen para crear espacios de belleza incalculable. Pero, esta comarca cuenta con otras treinta y tres poblaciones que aguardan entre monte, ruinas moriscas, castillos, yacimientos romanos y cuevas.

Entre estos municipios está l’Adzúbia -y el núcleo de Forna, fusionadas en un solo municipio desde el año 1911-. Enclavada en el corazón de la comarca, en las conocidas ‘valls de Pego’, junto a la Vall de Gallinera y la Vall d’Ebo, está completamente rodeada por un paisaje verde de campos cítricos y montañas. Una naturaleza capitaneada por una pequeña fortaleza: el Castillo de Forna, situado a escasos metros del casco urbano del municipio.

Esta fortificación realmente no es un castillo. Se trata de una fortaleza construida por los Cruïlla a mediados del siglo XV. Barones de Forna y familia adinerada de la nobleza de Valencia que alzaron este palacio para pasar épocas puntuales. Aunque, diferentes versiones populares identifican este castillo como una construcción medieval que acogió en otros tiempos a la orden militar de los Templarios. Así, aunque el castillo podría haber sido una construcción estratégica defensiva y de vigilancia del paso hacia La Safor, con torres de defensa y aspilleras para los ballesteros, más bien se trata de una fortaleza señorial y palaciega de estilo gótico. Además, la población de Forna durante esta época era de dominación morisca de ahí que los muros sean de tapial.

Datos de interés

Apertura:
domingos y festivos
Horario:
de 10:00 a 14:00 horas, aunque el último acceso es a las 13:00 horas
Las visitas
tienen una duración de 30 minutos.
Recomendación
para grupos, contactar con los responsables a través del teléfono 636 591 508
Acceso:
A esta fortaleza, abandonada hace aproximadamente 400 años, se puede acceder por un camino habilitado por el Consistorio o por una antigua senda.

Una capilla, cuadras, diferentes aposentos y hasta una especie de cárcelforman parte de este castillo construido entre cuatro torres y el cual se puede visitar casi por completo. La entrada, coronada por un arco de medio punto realizado en ladrillo, da paso al patio, rectangular y a dos alturas, donde se encuentra el aljibe principal. Desde el patio se accede a las distintas dependencias del palacio, focalizándose las caballerizas, la cocina, el comedor y un gran salón dispuesto con grandes ventanas sobre el patio con mirador al resto de las habitaciones, que se disponen en el piso superior. Aunque, de este palacio destacan los grafitis originalesconservados en sus muros, donde se puede observar barcos de la épocatorneoscaballeros medievales y otros símbolos geométricos y decorativos.

Este castillo, Bien de Interés Cultural (BIC), junto a las alquerías moriscas, que forman el peculiar trazado urbanístico de Forna, convierten el municipio en un verdadero conjunto de interés histórico, capaz de sorprender y trasladar en el tiempo a sus visitantes gracias a su perfecta conservación.