Muerte en la era digital; decir adiós a través de las redes sociales

La tranquilidad de una tarde de domingo precedió a la tragedia. Gabriel pintaba la fachada de su casa en vísperas de la Navidad. En un descuido, tocó con el rodillo un cable de alta tensión y recibió una letal descarga eléctrica que fulminó los planes de ver crecer a sus tres hijos y envejecer de la mano de su esposa.

La noticia de su muerte se difundió con rapidez a través de Facebook. Sus amigos comenzaron a postear mensajes como “Gabriel fue un honor haberte conocido… Dios te reciba en su reino y te haga descansar en paz”, o “Resignación a toda la familia, una lamentable pérdida, te llevas a una buena persona, ánimo y un fuerte abrazo, bendiciones amigo y compañero, ánimo a tus nenes que dejas en esta vida, cuídate y protégelos desde el lugar en que te encuentres”.

A estos mensajes, que guardaban las formas típicas de condolencias y pésames, pronto se sumaron 13 más, pero dirigidos a Gabriel, como si él los pudiera leer. Dichas publicaciones recibieron una gran cantidad de reacciones, desde “me encanta”, hasta “me entristece”, incluso algunas tenían comentarios de otros amigos. Sus familiares más cercanos, como su esposa, hijos y hermanos, pese a que son “amigos” en esa red social, se abstuvieron de escribir comentarios en esa plataforma digital.

Pasaron tres meses cuando Nelly, la esposa de Gabriel y quien nunca había sido asidua a las redes sociales, comenzó a publicar mensajes en su muro con palabras que exhibían su duelo.

“Hola gordo, hoy me hiciste mucha falta, es muy difícil la vida sin ti”. Ese comentario tuvo 78 reacciones, lo cual quizás es mucho, contemplando que Gabriel solo tenía 127 amigos en esa plataforma. Los amigos de Gabriel respondieron a Nelly con mensajes de consuelo y de pronta resignación. Yo me sentí muy bien de escribirle, sentí que era una forma de comunicarme con él, además pensé que era una manera de involucrarlo en nuestra vida cotidiana, así como una manera de hacerlo presente y que nunca lo olvidaran”, justificó Nelly.