Las lecciones que arrojó la Ronda de Comodines de la NFL

Finalmente tenemos a los ocho invitados para la Ronda Divisional y de esta sólo sobrevivirán los cuatro equipos que estarán disputando el boleto al Super Bowl LIII.

Hace apenas unos meses estábamos hablando del arribo de Steve Wilks a los Arizona Cardinals y ahora ya está en búsqueda de trabajo o seguíamos pensando que veríamos una vez más al corredor Le’Veon Bell con el uniforme de los Pittsburgh Steelers, algo que ya luce imposible, además, a esto se podría sumar la baja de Antonio Brown para la próxima campaña, algo que muy pocos, por no decir que nadie, visualizaba.

Sin embargo, también fue una semana atípica para las ocho franquicias que disputaron el primer fin de semana de playoffs ya que dio la impresión que se habló más del carrusel de entrenadores o lo que ocurrió con los Steelers pese a que nos prepararon grandes platillos. Tres de los cuatro visitantes lograron su boleto a la siguiente fase, pero francamente, con los emparejamientos que quedaron, veo poco probable que se repita esta situación cuando el N°1 y el N°2 de cada respectiva conferencia entren en acción.

A continuación dejaremos un poco el drama fuera del emparrillado y nos enfocaremos en lo que se vivió en los partidos. Cuatro de ellos ya empacan sus maletas para los viajes a Kansas City, Massachusetts, Los Angeles y New Orleans, mientras que otros jugadores limpiarán su locker a partir del lunes y quizá no vuelvan a ese vestidor.

La franquicia de Maryland ofrecía una gran apuesta contra un eventual duelo ante los New England Patriots, pero no supieron sortear por segunda vez en el año a los Chargers, quienes entendieron la manera de contener a Lamar Jackson durante tres cuartos al colocar a siete profundos en 58 de 59 jugadas a la defensiva para limitar sus acarreos y obligarlo a ganar con el brazo.

John Harbaugh vivió y murió con la suya pese a que en algún momento la presión de la afición en el M&T Bank Stadium por ver la ineficacia de su mariscal de campo se tradujo en abucheos mientras se resignaban a ofrecer batalla pese a jugar en casa. Finalmente despertó en el último cuarto y tuvo la oportunidad de conseguir la remontada, pero una gran jugada de la defensiva sepultó sus ilusiones.

Ahora el equipo de Baltimore quizá viva más cambios de los que sus aficionados quisieran ya que Joe Flacco quizá portó por última vez el uniforme morado y negro y otro que podría despedirse en los próximos días es el entrenador en jefe que llegó desde 2008 y los guió al título en el Super Bowl XLVII. Tantas pláticas sobre su posible renovación sólo significan una cosa. Se está estudiando con lupa su situación y quizá la familia Bisciotti opté por tomar otro rumbo con dos rostros de la franquicia.