El hombre que ha estado clinicamente muerto nueve veces

Cuatro paros cardíacos en solo tres semanas. Podrías pensar que está vivo de casualidad y prácticamente así es. Jamie Poole, australiano y residente en Londres, sufre una rara condición que hace que su corazón se detenga regularmente.

Este hombre ha revelado a ‘The Daily Mail’ cómo ha sido morir nueve veces desde que tenía 20 años (ahora tiene 29) y en la que su órgano deja de latir. Ha tenido la suerte de sobrevivir a esta enfermedad que le debilita, la miocardiopatía hipertrófica, pero sus médicos auguran que su vida solo puede durar unos cinco años más.

Admite que su madre le pregunta por teléfono todas las semanas algo que solo le permite a ella: «¿Has muerto estos días?» y mientras él, trata de disfrutar de la vida lo máximo posible, a pesar de su peligrosa enfermedad.

Llama a las escaleras su «enemigo mortal» y los médicos le han dicho que evite hacer ejercicio, pero que ha viajado por todo el mundo y ha practicado ‘snowboard’ en los Alpes. Esta afección que sufre de nacimiento está en el miocardio y consiste en un engrosamiento anormal del músculo, lo que dificulta que bombee sangre correctamente. A menudo no se diagnostica porque muchas personas que la padecen tienen pocos síntomas y, si los tienen, pueden llevar una vida normal sin complicaciones significativas.

Sin embargo, en algunos que la padecen, ese agrandamiento de la zona puede causar dificultad para respirar, dolor en el pecho o problemas en el sistema eléctrico del órgano, lo que tiene como consecuencia ritmos cardíacos anormales que pueden poner en riesgo la vida (arritmias). Además, la capacidad de bombeo de la sangre disminuye, lo que conduce a veces a sufrir complicaciones fatales.

Algunos pacientes pueden vivir con la enfermedad y no sufrir efectos graves, pero Poole afirma que el suyo está en un peor estado y es potencialmente mortal. Sufre paros cardíacos, en los que la sangre deja de salir del corazón; algo diferente a un ataque, que ocurre cuando se corta el suministro. Algunos de los síntomas más comunes, además de los nombrados anteriormente, son dolor en el pecho, desmayos mientras se hace ejercicio o inmediatamente después, sensación de latido rápido o palpitaciones y soplos.