Los mejores y peores QB de la NFL

Es comienzo de año , lleno de ilusiones, metas, retos, en algunos casos frustraciones y penas, pero que llega. El estar presentes, sin importar la situación que vivamos en el momento, es motivo suficiente para dar Gracias a Dios y para poner la vista al frente y seguir adelante con nuestras vidas.

Concluyó otra temporada regular más de la NFL y como siempre sucede, hubo alegrías y penas, sorpresas y decepciones, esperanzas para un futuro mejor y dudas para sobre el destino que le depara a ciertos equipos. Hay varios por mencionar.Andrew Luck y Aaron Rodgers.

Lo que aporta Andrew Luck a la franquicia de Indianapolis quedó nuevamente en evidencia en esta temporada.

Los Potros de Indianapolis fueron una de las agradables sorpresas de esta temporada. Empezaron con un entrenador, Frank Reich, que no era la primera opción del equipo. Con un quarterback que venía de una rehabilitación complicada del hombro derecho y que no lanzaba pases antes del verano. Con una defensiva que había sido mediocre durante años y con una línea ofensiva que era, debatiblemente, la peor en la NFL.

Ahora están en playoffs como el 6º sembrado de la AFC habiendo ganado 10 partidos después de haber comenzado 1-5. Luck, para beneplácito de los que somos fans de la NFL, está de regreso mejor que nunca. Sin él, dudo que Indy habría superado las cuatro victorias que tuvieron en 2017.

En la última semana quedó más que claro que Green Bay es un equipo del montón sin Aaron Rodgers. Los Empacadores ganaron su partido inicial contra Chicago, pero esa noche Rodgers sufrió una lesión en la rodilla que mermó su rendimiento a lo largo de la temporada. La derrota que sufrieron en casa, por 31-0 contra un equipo mediocre como Detroit, es una indicación más que clara de lo que representa Rodgers para Green Bay. Es similar al desplome que sufrió Indianapolis en el 2011, cuando no estuvo disponible Peyton Manning. Tener un quarterback franquicia, como lo fue Peyton, y como lo son ahora Andrew Luck, Aaron Rodgers, Ben Roethlisberger, Rusell Wilson, Tom Brady y Drew Brees, convierte a un equipo en contendiente cada temporada.

La meta de cada equipo es identificar a ese jugador trascendental. Los últimos cuatro drafts han incluido seis quarterbacks que fueron seleccionados con la primera, o segunda selección global, y siete otros que fueron primeras selecciones. Uno de ellos, Paxton Lynch, fue un rotundo fracaso, y es una de las razones del declive de los Broncos de Denver desde el retiro de Manning.

Empezando en orden cronológico, los dos quarterbacks del 2015, se perfilan también para ser grandes decepciones. Tampa Bay optó por Jameis Winston con la primera global de 2015. Es un jugador con talento de sobra, pero con una mentalidad de un adolescente de quince años. James ha dado destellos y ha tenido grandes partidos, pero no despliega la consistencia y el liderazgo de un quarterback franquicia. Los Bucaneros optaron por tener a Dirk Koetter sobre Lovie Smith por la relación que tenía con Winston, pero en dos años juntos el equipo ganó un total de 10 partidos. Koetter fue uno de los destituidos el pasado lunes. Declararon el lunes que Jameis será el titular en 2019, teniendo quizás la última oportunidad de establecerse.

Tennessee tendrá que tomar una decisión complicada respecto a Marcus Mariota, quien al igual que Winston, llegará a la temporada 2019, en el último año de su contrato. A diferencia de Winston, Mariota es buen líder, humilde, dedicado y un ejemplo en el vestidor y la comunidad. Tiene talento de sobra, pero si la mejor cualidad de un jugador es su “disponibilidad”, Mariota queda a deber. Nunca ha jugado una temporada completa. Los Titanes dieron en el clavo con la contratación de Mike Vrabel. El equipo superó expectativas y tienen la base para ser un plantel que competirá por el título de su división en los próximos años, pero dudo que Mariota, que es buen jugador, pero no trascendental, sea la respuesta.

Para Jared Goff, el sistema de su head coach Sean McVay ha sido la clave de su éxito en la NFL.

El 2016 nos dio a dos quarterbacks que tuvieron la suerte de llegar a equipos con entrenadores en jefe con filosofía ofensiva y con esquemas progresivos. En dos años con Sean McVay, Jared Goff ha llevado a los Carneros de Los Angeles a dos títulos de división. Cuenta con un elenco ofensivo de gran nivel, pero la línea ofensiva fue expuesta un domingo por la noche en Chicago, y la ausencia de Cooper Kupp, que es el tercer receptor en el esquema, pero el que sacaba de apuros a Goff por su inteligencia y habilidad en momentos de apremio, han hecho ver mal a Goff en el cierre de temporada. A diferencia de 2017, cuando McVay sentó a la mayoría de sus estrellas en la Semana 17, jugaron la mayoría del partido contra un mediocre equipo de San Francisco. La meta era que Goff recuperara la confianza en sí mismo y en el esquema. Veremos si avanzan en la Ronda Divisional.

Por su parte, Carson Wentz iba en camino de ser el Jugador Más Valioso de la NFL en 2017, hasta que sufrió una lesión seria en la rodilla precisamente en un partido contra los Carneros. Conocemos el desenlace de la historia y el impacto que ha tenido Nick Foles, quien de manera improbable llevó a Philadelphia al título en 2017. Wentz nunca pudo volver a su nivel en 2018, no estando del todo recuperado. Doug Pederson, y la directiva, lo nombraron el quarterback del futuro, a pesar de que la ofensiva ha jugado a un nivel excepcional bajo Foles. Lo más probable es que Foles deje este equipo en busca de un puesto titular, pero es claro que necesita estar en un esquema similar, si no idéntico, al que tiene en Philadelphia.

En el 2016, llegó también Dak Prescott, pero con una cuarta selección. Prescott ha llevado a Dallas a dos títulos de división en tres años, pero ha sido inconsistente. El futuro de su head coach, Jason Garrett, dependerá de lo que suceda este fin de semana frente a Seattle. De perder, es más que probable que Jerry Jones despida a su entrenador en jefe porque habría demostrado que no puede llegar lejos en playoffs. De vencer a Seattle, sería difícil justificar el despido de Jason Garrett

La clase del 2017, podría ser la mejor de las cuatro. Por lo que he visto hasta el momento, tenemos a dos jugadores que representan el mote de quarterback franquicia, Patrick Mahomes y Deshaun Watson.