Avanza restauración del “Santiaguito” de Izúcar de Matamoros, en Puebla

  • También se ha logrado la unión de la pantorrilla con el pie derecho, y se repusieron dedos faltantes en ambas manos; el caballo, por la gravedad del daño, tendrá una réplica.

Las labores de restauración de la escultura de Santiago Matamoros, dañada seriamente por el sismo del 19 de septiembre de 2017, en la Parroquia de Santiago Apóstol, en Izúcar de Matamoros, Puebla, cuenta con avance de 30 por ciento, concretado en la recuperación volumétrica de extremidades y torso.

La tarea efectuada por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), atiende tanto al santo como a su caballo, que fueron aplastados por la cúpula de la iglesia que se desplomó a causa del sismo, no obstante, debido al grave daño que sufrió la figura del equino, será necesario realizar una réplica.

La figura del “Santiaguito”, que data del siglo XVI y la cual fue elaborada con una variante de la técnica de escultura ligera conocida como papelón (papel y caña de maíz), registró fracturas, desmembramiento de sus extremidades y un grave daño por compresión, por lo que restauradores de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) se han avocado a realizar una serie de estudios para identificar los materiales constitutivos y establecer la metodología de intervención.

Una vez hechas las pruebas y la elección de materiales, las restauradoras del INAH, encabezadas por Roxana Romero Castro, restauradora perito de la CNCPC, en el Taller de Restauración de Escultura Policromada intervienen fragmentos como las extremidades y el torso del santo, los cuales, mediante la aplicación controlada de vapor frío, presión y secado controlado, paulatinamente han recobrado la forma.

La recuperación volumétrica también ha incluido otros procesos donde, dependiendo de los estratos perdidos en cada elemento, ha sido necesario estabilizar la zona mediante el fijado del material, la colocación de refuerzos e incluso en algunos casos reponer las cañuelas de maíz que se perdieron al momento del colapso. Por otro lado, se ha comenzado con la unión de algunos elementos separados, como es el caso del pie y la pantorrilla derechos, mediante la recolocación del perno de madera y la reposición de estratos.

Al mismo tiempo, indicó la responsable de la intervención, se determinó iniciar el resane de los fragmentos donde se ha recuperado el volumen, con la finalidad de estabilizar los estratos preparatorios que están en riesgo de perderse y asegurar que estén en buen estado al momento de realizar la unión. Como parte de los tratamientos que aseguran la estabilización, se ha iniciado la reposición de algunos elementos faltantes, por ejemplo, los dedos de las manos.
Para la restauradora perito de la CNCPC, el principal reto son los tiempos de espera porque, aunque el comportamiento y la respuesta del material ha sido favorable a los procedimientos a los que ha sido sometido, la escultura requiere de periodos especiales para su humectación y secado, los cuales pueden ser demasiado lentos y deben ser monitoreados continuamente para evitar el desarrollo de microorganismos.

En lo que respecta al torso, con la misma metodología que se aplica a las extremidades, se inicia la recuperación del volumen con buenos resultados a pesar de que ingresó al taller de restauración completamente colapsado y comprimido.

Romero Castro expuso que una vez que inició la recuperación de las dimensiones del tórax, fue necesario separar la policromía y las capas preparatorias subyacentes del soporte de papel porque estaban desprendidas, y así poder trabajarlos por separado, estabilizarlos adecuadamente y conservar la mayor cantidad de material. Para efectuar tal labor se hicieron algunos velados de protección sobre los estratos decorativos más frágiles para manipular sin riesgo los fragmentos.

“Una vez seco, el material de soporte del torso recupera rigidez significativamente, sin embargo, se valora la posibilidad de colocar una estructura auxiliar de soporte, que pueda reforzar la función de carga que cumple esta zona en la figura; hay que recordar que el impacto que sufrió debilitó su estructura y no podemos confiar que esa solidez se mantendrá para siempre”, comentó. La especialista indicó que al igual que en las extremidades, se tomaron algunas muestras del material que conforma el tórax para analizarlas, y a partir de los resultados contar con más información sobre la técnica de manufactura y los insumos utilizados en la elaboración de esta escultura ligera.

“La información sobre el acomodo de los pliegos de papel, la colocación de los refuerzos, y la caracterización de la naturaleza de los materiales que se utilizaron para adherir los fragmentos de papel, serán de gran importancia para comprobar la información referida en la bibliografía sobre la técnica de escultura ligera”, indicó. Romero Castro explicó que la consolidación de las extremidades y del torso se hace a la par, ya que una vez concluida la recuperación volumétrica, se iniciará la unión de las partes. En el caso del tórax, tras haber recuperado el volumen, se volverá a adherir los estratos preparatorios y policromía en su sitio, se resanarán hasta estabilizarlos y así poder manipularlos, para dar paso a la unión de las extremidades. Un elemento importante a considerar en esta restauración es el rostro de Santiago Matamoros ya que, de acuerdo con el estudio antropológico que coordina Katia Perdigón, también restauradora perito de la CNCPC, y el cual acompaña la intervención.

la recuperación de su expresividad es importante para la comunidad, por la fuerza que según ellos tiene y lo que les transmite.
Actualmente, a la cabeza de la imagen se le han hecho algunas pruebas de limpieza y fijado para estabilizarla, sin embargo, el avance es mínimo porque al haber una pérdida importante de material que integraba la barba y el cabello, se requiere de mayor información y análisis para definir su intervención.

En lo que concierne al caballo, pieza de madera del siglo XIX, la restauradora perito de la CNCPC adelantó que debido al grave daño que sufrió será necesario realizar una réplica.

“Hemos separado el material que integraba al caballo, por el daño tan grave y amplio que sufrió, gran parte de éste ya no es recuperable, sólo se están estabilizando los fragmentos más grandes y enteros que servirán como referencia para hacer la réplica, y aquellas partes que puedan reutilizarse, incorporarlas a la nueva figura”, expuso.

En cuanto a la policromía del equino, Romero Castro mencionó que los restos de capa pictórica que lograron conservarse servirán como modelo para la elaboración de la réplica, siempre considerando las observaciones y los resultados del estudio antropológico realizado en la comunidad.