Asurbanipal, el erudito y despiadado rey que gobernó el imperio asirio

  • Tesoros de ciudades de Irak saqueadas por Daesh, entre las obras de una espléndida muestra en el British Museum de Londres.

Ensombrecido por los poderosos imperios de Egipto, Grecia y Roma que llegaron años después para dominar el mundo, el de Asiria siempre ha permanecido en un segundo plano en la Historia. Aunque se ha escrito bastante sobre el líder que encumbró a esta civilización, pocos conocen a Asurbanipal, el despiadado rey de los asirios. Se dice de él que no le gustaban los leones, los odiaba, y el British Museum de Londres puede dar constancia de ello. Podemos ver su animadversión hacia estos animales en varios de sus interminables pasillos y espléndidas salas representada en los relieves que formaron parte de los muros del palacio de este monarca. En ellos, bellamente detallados, se representa al propio Asurbanipal disparando flechas y acuchillando a varias de estas bestias mientras huyen. Los leones representaban poder y salvajismo, y nadie podía ser más ducho en estas materias que el propio rey asirio.

Por supuesto, estos murales son parte de la gran exposición que el museo londinense acoge, hasta el próximo 24 de febrero, titulada «Soy Asurbanipal: rey del mundo, rey de Asiria», en la que se cuenta la historia de este imperio a través de los ojos del propio Asurbanipal, quien, con cierta justificación, se autoproclamó de esa forma en su época. No en vano, entre los años 669 a.C. y 631 a.C., el monarca supervisó la expansión masiva de Asiria desde sus raíces en el norte de Irak alargándose por la antigua Babilonia y extendiéndose más allá del bajo Egipto, donde desemboca el río Nilo. Según los comisarios de esta exposición, el imperio asirio fue el primero en todo el mundo y sirvió como modelo para otros que le sucedieron después, como el egipcio.

Asurbanipal gobernaba con mano de hierro, pero nunca se involucraba en batallas. De ahí que muchos historiadores le cataloguen como un «ratón de biblioteca sociópata» que manejaba los hilos desde la capital del imperio, en Nínive (que da nombre a una ciudad actual situada en Irak). Desde esta ciudad mostraba su crueldad sin tener que encabezar él mismo sus tropas en las contiendas. Prefería ser un líder opulento. En los diferentes murales expuestos, que decoraban los principales edificios asirios, se le muestra cazando para demostrar que ninguna bestia podía conquistarlo. «La vida salvaje huye de él mientras empala leones y otros animales con su lanza real a escasos centímetros de la cara de su majestad», se lee en una de las descripciones de la muestra.

Lujo y extravagancia

Pero su erudición traspasaba fronteras y Asurbanipal coleccionó miles de obras escritas sobre láminas de arcilla. Gran parte de la biblioteca (en la que prefería permanecer recluido) que aunó se puede ver en esta exposición, siendo el ejemplo perfecto del nivel de conocimiento del imperio asirio, del valor de la educación de su reino y del poder que manejó durante ese periodo de tiempo. Todo conjugado hacían de Asiria una región que, según los expertos, era «magnífica, innovadora e interesante».

Todo en contraposición con la otra parte, más conocida, de lujo, extravagancia y libertinaje con la que se etiqueta habitualmente a este pueblo. Asurbanipal era una figura compleja y a menudo mal representada. «Era un personaje complicado, muy diferente a cualquier rey asirio que lo precediera», señalan los comisarios de la exposición. Los tesoros que dejó al mundo han permanecido durante años en las galerías del British Museum o repartidos por todo el mundo. Pero, gracias a esta espectacular exposición, han podido reunirse: hay piezas y reliquias que viajan al Reino Unido por primera vez, procedentes de museos como el Louvre de París, el Hermitage de San Petersburgo, el Vorderasiatisches Museum de Berlín o los Museos Vaticanos.

En la muestra también se pueden admirar alrededor de 30.000 tablillas o fragmentos de ellas, que se utilizan para recrear la gran biblioteca de Asurbanipal, la biblioteca real más antigua que se conserva en el mundo. Además, unos 200 objetos, entre los que se incluyen ladrillos pintados, enormes esculturas de piedra, raras pinturas murales, herrajes para extravagantes muebles de oro y marfil.

La exposición sirve también para arrojar luz sobre los dramas familiares por los que pasó Asurbanipal, incluyendo su intensa rivalidad con su hermano mayor, al que el padre de ambos legó el gobierno de Babilonia y con cuya decisión el monarca asirio no estaba nada contento. Shamash-shum-ukin fue rey de Babilonia tras renunciar Asurbanipal a la doble corona de Asiria y Babilonia, respetando así la voluntad de su progenitor.