Sacó un arma, me apuntó, y me bajó del auto’

El 17 de diciembre está marcado en los calendarios como el Día Internacional para Eliminar la Violencia Contra las Trabajadoras Sexuales. En decenas de países habrá manifestaciones y protestas con la intención de frenar en seco esta situación. Desafortunadamente en Latinoamérica, una de las regiones con mayor cantidad de focos rojos y números alarmantes relacionados a esta problemática, aún es difícil ver la solidaridad en las calles.

Este día conmemorativo comenzó como un memorial a las víctimas de proxenetas y clientes que a través de violaciones, robos y agresiones que han destruido la vida de miles de trabajadoras sexuales. El día en específico se le atribuye a la fecha en que Gary Leon Ridgway asesinó a cuatro mujeres en Seattle, y quien posteriormente afirmó haber matado en total a 48.

Claudia Guzmán de trabajosexual.info, un sitio dedicado promover contenido para personas que tienen la necesidad, curiosidad o inquietud de informarse o iniciarse en trabajos sexuales, recopiló y nos compartió testimonios y opiniones de trabajadoras sexuales y prostitutas de varias latitudes para conocer cómo se enfrentan a la violencia y para saber si realmente está cambiando el panorama a partir de conmemoraciones como el 17 de diciembre y otros movimientos.

Hoy en día es una vergüenza que nos sigan tratando tan mal, las trabajadoras sexuales también somos parte de la sociedad. Se ha perdido el respeto, nos roban, nos matan, nos pegan, y nadie nos da garantías, nadie nos escucha. Prefieren cuestionarnos y decirnos como debemos vivir, sin saber nada de nosotras.

La mayoría de los clientes son personas muy correctas que usan estos servicios para desprenderse de su rutina. Pero hay otros que piensan que pueden someternos. Vienen con el pensamiento machista de que si pago puedo hacer lo que quiera, y no es así. Yo decido sobre mi trabajo, mi salud y mi vida.

Ya no queremos ser víctimas de violencia. Ojalá el gobierno nos escuche.

ARAGNE BARCELONA, ESPAÑA

Creo que sería muy interesante visibilizar cómo afecta el estigma a quienes realizamos este trabajo. El feminismo abolicionista parece que no lo tiene en cuenta y es algo que afecta a la autoestima de la trabajadora sexual.

Afecta tanto a nivel de relaciones sociales como a nivel laboral. La negación del trabajo sexual como trabajo afecta muy negativamente a quienes lo ejercemos, especialmente a quienes quieren dejar de hacerlo y dedicarse a otra cosa.

Si has dedicado unos años exclusivamente al trabajo sexual tienes un currículum vacío. A pesar de tener experiencia en atención al cliente, ventas o resolución de conflictos entre otras cosas. Reconocer la experiencia laboral del trabajo sexual como tal podría contribuir a que quienes quieran dejarlo puedan hacerlo y continuar su carrera profesional en otros ámbitos.

AZUL*  CANELONES, URUGUAY

Un cliente que ya era conocido mío recibió el servicio y ademas de no querer pagar sacó un arma, me apuntó y me bajó del auto en pleno invierno, descalza y sin abrigo; me lo robó. Lo denuncié, sabía su nombre, dirección, tenia fotos, como dije, ya era cliente.

¿Y saben que paso? ¡Nada! Soy “puta” y me tengo que joder… la palabra de la prostituta vale poco en esta sociedad.

LILU BARCELONA, ESPAÑA

Modelos como el nórdico o el alemán nos causan mucho daño. Muchas no vamos a dejar de ser putas, exista el modelo que exista, porque este trabajo tiene unas características que no se pueden encontrar en otros.

Soy una persona con un trastorno de ansiedad que no puede trabajar por cuenta ajena. El trabajo sexual me da una oportunidad de financiar mi proyecto de autónoma, así como tiempo para realizarlo. Soy yo quien se salva a sí misma, no necesito que alguien venga a darme limosna. Cualquier criminalización del trabajo sexual, sea a nosotras o a nuestros clientes, solo hará que el proyecto que yo emprendo para salvarme a mí, llegue más tarde o no llegue nunca.

No se acaba con un sistema de trabajo que funcioné a golpe de decretos y leyes. Si no existe en su lugar otro trabajo que tenga características similares y nos permita vivir sin caer en la precariedad. Los modelos que pretenden controlarnos o legislar sin nuestra voz son violentos, causan estigmas, aumento en las agresiones recibidas y la muerte de compañeras como Vanessa Campos o Eva-Marree Kullander.

Abolicionistas que dicen “salvarnos” pero no nos consultan qué necesitamos para ello, y creen saber mejor que nosotras como hacerlo. Se ponen al otro lado de la barrera y reman a contracorriente de nuestras vidas, sin darse ni cuenta, porque no escuchan. Irónicamente, recibimos más violencia por parte de quienes dicen querer salvarnos.

ÁMBAR IL BARCELONA, ESPAÑA

La violencia contra la prostituta sucede, pero se invisibiliza, no cuenta en las estadísticas y se tapa. No sólo abarca la que pueda ocurrir entre las cuatro paredes de una habitación, o en un rincón oscuro de una calle, o en un coche medio escondido entre el bullicio de la vida.

La violencia contra la prostituta también la encontramos en la sociedad que la denigra, la abandona y maltrata en muchas ocasiones social, sanitaria, jurídica y verbalmente. La menosprecian y se dirigen a ella de manera vejatoria y humillante. La cuestionan y analizan con lupa. Las tratan como el ultimo eslabón de la cadena.

La prostituta, ante todo, es persona, es mujer y merece el mismo trato, respeto y ayuda que cualquier otra. Lo sé porque soy persona, mujer, pero también superviviente de trata y prostitución y sí, yo también viví muchas de estas violencias.

EURYDICE ARONEY

NUEVA GALES DEL SUR, AUSTRALIA

Vivo en Australia, donde el trabajo sexual ha sido despenalizado durante más de 20 años. En ese momento, la violencia contra las trabajadoras sexuales ha disminuido radicalmente y la corrupción policial en la industria del sexo es ahora desconocida.

Nueva Gales es una prueba viviente de que el cambio es posible. Aunque persiste un alto grado de estigma social y las trabajadoras sexuales migrantes todavía están fuera de la ley, la despenalización ha tenido resultados positivos para la mayoría de las trabajadoras sexuales y la comunidad en general.

En este día recordamos a nuestros compañeros trabajadores del sexo en todo el mundo y preguntamos por qué la reforma de la ley que es tan efectiva no es atendida. Estamos a favor de las trabajadoras sexuales en el resto de Australia y el mundo. Defenderemos los logros alcanzados en Nueva Gales del Sur y Nueva Zelanda y lucharemos para que se adopten reformas similares en otros lugares.

MINERVA CLARKE

MONTEVIDEO, URUGUAY

Para mí el trabajo sexual ha sido algo muy liberador. Me ayudó a reconciliarme con mi imagen y a sentirme más segura de mí misma. El estigma pesa muchísimo; tenemos que soportar que la sociedad nos juzgue por elegir un trabajo que ellos no harían, aunque no hacemos daño a nadie. Que nos discriminen personas de nuestro entorno, que nos traten como criminales. Que nos censuren de las redes sociales y no tengamos derecho a réplica, ya que con la ley FOSTA/SESTA tienen luz verde para hacerlo. Que nos quiten nuestras fuentes de ingresos al cerrar sitios web donde vendemos nuestro contenido, que nos quiten las redes para poder publicitarnos, que quieran callar nuestras voces.

Sobre todo en este país se hace más difícil porque hay muy poca información sobre todo acerca del trabajo online, creo que somos muy pocas las que trabajamos de esta manera. Y está bueno que se hagan visibles las muchas formas de trabajo sexual; todas son válidas y todas merecen ser ejercidas libremente y con derechos. Ninguna es mejor que otra.