Una nariz electrónica para detectar supervivientes de los terremotos

Haití, año 2010. Ha transcurrido una semana desde el devastador terremoto que sacudió la isla caribeña. Perdidas las últimas esperanzas, las labores de rescate se convierten ya en una operación de desescombro. De pronto, los operarios encuentran el cuerpo de un bebé de apenas dos semanas: se llama Elisabeth y está viva. Sin embargo, esta circunstancia puede prácticamente calificarse como un milagro.

Hay pocos escenarios en los que el tiempo sea tan crucial como en este tipo de operaciones de búsqueda de supervivientes, especialmente si están heridos. Solo en el último decenio, este tipo de catástrofes se han cobrado más de 780.000 vidas, lo que da una idea de sus terribles consecuencias. Se trata de situaciones de vida o muerte en las que hasta ahora el principal apoyo habían sido perros de rescate.

Ahora, el Laboratorio de Tecnología de Partículas del Instituto Federal Suizo de Tecnología (ETH, por sus siglas en alemán) de Zurich (Suiza) ha desarrollado una “nariz electrónica” que permite detectar diversas sustancias, como el amoniaco o el isopreno, que el cuerpo humano libera a través de la respiración y la piel.

El innovador dispositivo, que cuenta con tres sensores de un tamaño extremadamente reducido gracias a la utilización de nanoestructuras de metal-óxido, puede detectar la presencia de acetona, amoniaco e isopreno, así como CO2 y humedad, con una gran precisión. Los investigadores han comprobado la eficiencia de su nueva tecnología con voluntarios en cámaras de aislamiento. Los resultados, anunciados en la publicación científica Analytical Chemistry, muestran que el sistema permite incluso minimizar los “falsos positivos”.