Messi habla otra vez en la Cancha

Magnífico ante el Espanyol en un derbi que sentenció a su gusto, Leo Messi volvió a ser un gigante en valencia para convertir la esperanza del Levante en una pesadilla.

El escenario en el que perdió la pasada temporada su condición de invicto el Barça campeón observó este frío domingo de diciembre una auténtica exhibición del 10 azulgrana, muy por encima de todo y de todos para ser el auténtico rey del fútbol.

Tres goles y dos asistencias resumirían la actuación del astro argentino, que tras media hora sin dar señales de vida se puso el uniforme de capitán general en cuanto vio como Boateng estrellaba un remate en el travesaño de Ter Stegen. A partir de ahí Leo convirtió el partido en su patio particular, en su fiesta privada, en un festival magnífico.

Comenzó regalando al público una diagonal preciosa y una asistencia precisa para el 0-1 de Luis Suárez y siguió con un hat-trick marca de la casa que enterró cualquier discusión. El Barça, que había comenzado el partido con problemas, se marchó al descanso con un tranquilizante 0-2 y dedicó la segunda mitad a aplastar a ese mismo Levante que le tumbó en la penúltima jornada de la pasada temporada.

Messi, 47 hat-tricks en su carrera azulgrana, disputó en el Ciutat de València su partido número 53 del año 2018 y sumó su gol número 50. 47 con el Barça y otros 3 con la selección argentina (uno en el Mundial y dos anteriores en amistosos). Los números del capitán del Barça explican por sí solos la grandeza de la que hace gala partido a partido.

«Cuando a Messi le dejas un espacio… Tiene las cualidades que tiene, es el mejor del mundo y él solo decide los partidos» reconoció Morales al acabar el duelo, solventando que si enfrentarse al Barça ya es una prueba mayúscula, hacerlo a un Messi en plenitud se convierte en una misión ya imposible.

El Barça ganó por 0-5 como pudo hacerlo por 0-8. Suárez, Dembélé y Deis Suárez perdonaron ante Oier ocasiones claras de gol que pusieron en el escenario otra circunstancia a tener en cuenta: el Barça vence y aplasta. No tiene suficiente con ganar sino que, además, bajo el mando de su líder, lo hace de manera bestial.

Con Messi al mando nada parece imposible.