Exhibe San Ildefonso Nacimiento hecho en una vida

El artesano Felipe Nieva dedicó toda una vida a construir el encargo de la representación de la llegada del niño Jesús. La biografía de los casi 90 años de este hombre de Orizaba, Veracruz, es un misterio. Sin embargo, más de un millar de minuciosas piezas de barro que dejó como legado son exhibidas en la exposición Nacimiento, miradas en el tiempo, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Ángeles descienden de la bóveda celeste en la típica escena protagonizada por María, José, los Reyes Magos, pastores y animales reunidos alrededor del pesebre con el recién nacido en Belén. El resto de las piezas se alejan de los nacimientos tradicionales, ya que reproducen 50 pasajes bíblicos del Antiguo y el Nuevo Testamento. La colección pertenece a la Fundación Amparo y Manuel.

Durante la primera mitad del siglo XX fueron elaboradas la mayoría de las mil figuras de barro pintado por un encargo de la familia Ashby que Nieva inició a los 17 años. Amparo Espinosa Rugarcía adquirió en 1981 el conjunto artesanal que se describe como de estilo figurativo-expresionista, el cual destaca por su gestualidad, policromía, verosimilitud y dinamismo.

Las escenas son exhibidas en vitrinas transparentes, que agrupan las distintas historias que relata la Biblia, desde Eva y Adán en el Paraíso, el arca de Noé, al joven Moisés o al valiente David que enfrentó al gigante Goliat. Del Nuevo Testamento se incluye la anunciación a la Virgen y al carpintero José; el periplo de María antes de dar a luz, así como la infancia del niño Jesús.

Del artesano se sabe que nació en Orizaba a finales del siglo XIX, fue un hombre de origen humilde y un católico ejemplar. Su trabajo es sobresaliente por su minuciosidad para crear las piezas con un esqueleto de alambre al que modeló con arcilla o barro, después del secado coció las figuras en un horno y aplicó pintura acrílica. Tela, alambres o madera enriquecen los complementos para las escenas y los personajes.

Al caminar entre las cajas transparentes, distribuidas en 339 metros cuadrados, fluye en el espacio una pieza sonora escrita ex profeso por el compositor Francisco Eme. Momentum se titula la obra de cinco minutos y 30 segundos de duración, creada con procesos digitales y análogos. Inspirado por los pequeños mundos de Nieva, el audio busca en el sonido los detalles de los gestos y movimientos de las figurillas.